miércoles, 24 de agosto de 2011

Capitulo 1: Tres Semanas de vida y una decisión.


Había decidido irme; irme lejos, dejar todo atrás y olvidar todo lo q fui, todo lo que era, pero por sobre todo olvidar que una vez fui feliz. Lo fui.

Así que decidí ir en busca de mi medio hermano. No lo conocía, pero sabia que tenia uno, o al menos eso creía.

Arme mis valijas… valijas, jaja, que gracioso ; mas bien un simple bolso. Solo agarre unos cuantos trapos y las llaves de mi auto; lo unico que quedaba de mi vida el Salt Lake City, Utha. Ah…y mi perro, que por alguna extraña razón no me temía, de hecho me seguía. Trate de dejarlo libre y esperar a q huyera de mi, pero el muy tonto se quedo conmigo. Por un lado eso me hacia bien, tener algo de lo que una ves fui era bueno, pero por otro me dolía.

El dolor era algo a lo cual ya estaba acostumbrada en mi vida pasada; pero no esta clase dolor, no esta sensación de dolor que te hacia desear querer morir. Este fuego me quemaba en lo más profundo de mí ser, de mi garganta. Pero podía controlarlo, claro que podía, pero no sabia el porque de ese autocontrol, no lo entendía.

Supongo que se trataba de que no quería matarlo, de que el dolor seria más grande si lo viera a mi perro muerto en mis manos, muerto por mi. Al menos eso creía.

Decidí moverme rápido, no quería que los recuerdos me invadieran, así que tome el bolso con los trapos y salí por la puerta que daba al garaje, en donde estaba el auto.

Abrí la puerta del conductor y puse el bolso en la parte de atrás. Mire a mi costado izquierdo y lo vi sentado, mirándome fijo, como si esperara una orden o algo por el estilo.

-Vendrás conmigo?- le pregunte. Él ladro y movió su cola.
-Estas seguro?, mira q es un viaje largo!-. Se incorporo y entro al auto.
-OK, como quieras!-; “Perro estupido, acaso no sabes el peligro que corres conmigo?, pensé. “Solo espero que sobreviva a todo el viaje”.

Aparque el auto en la calle, dejando al perro dentro de él; decidí que esperaría fuera del auto para no tentar mi suerte.

Me apoye contra el capo, mientras de reojo miraba aquella casa, recordando las últimas tres semanas, las tres semanas de mi nueva vida, de mi maldición eterna.

Esas tres semanas llegaron a mi memoria como una película, una mala película. En esas tres semanas de mi nueva vida había tomado decisiones tan rápido y que en mi “vieja vida normal” nunca hubiera tomado, al menos no con tanta convicción y rapidez.

Mientras miraba aquella casa recordé esas tres semanas de pesadilla; recordé el despertar de mi muerte, el entierro de mi madre, el ver que estaba sola en mi nueva vida, el saber que no podía quedarme alli por que todo me recordaba a ella; me recordaba lo mucho que me haría falta, lo mucho que la quería, pero por sobre todo, lo feliz que fui con ella.

Si, tres semanas de decisiones, y una de esas decisiones era poner en venta la casa, mi casa.

Así que ahí estaba yo, apoyada en el capo de mi auto, en un atardecer nublado, esperando a los nuevos dueños de mi casa.

No sabia mucho de ellos, salvo que eran un matrimonio con dos hijos pequeños; él era abogado y ella maestra. No quise saber mucho mas de ellos, era lo mejor. De todas formas no volvería jamás allí. Esa ya no era mi casa. Les pertenecía ahora a ellos, a los nuevos dueños, a los Thomnson.

Antes de que mis recuerdos llegaran mas lejos, oi un auto doblar la esquina, eran ellos.

La minivan se detuvo a unos dos metros por el lado opuesto de la calle; de ella bajaron primeros los niños q corrieron enseguida a la ventanilla por donde se asomaba mi perro; por detrás llegaron sus padres, el señor y la señora Thomnson, con la emoción y alegría de que la casa ya les pertenecía.

-Con cuidado chicos, pórtense bien- la señora Thomnson les decía a sus dos hijos q no dejaban de acariciar al perro.
-Esta bien, no les hará daño-, le dije mirando a los niños.
-Si, bueno, no lo decimos por el perro sino por los dos diablillos que tenemos como hijos-, dijo el señor Thomnson mientras abrasaba a su esposa; esta le propino un codazo en las costillas mientras reía.
-OH…en ese caso será mejor que les muestre la casa rápido-, dije y me baje del capo del auto, guiándolos hacia la entrada,..- Por aquí-, sonreí, solo por ser amable.
-Bien-, dijo el señor Thomnson. –¡¡Entremos!!-. Había un tono de felicidad en su voz, que me hizo sentir algo triste; triste por que sabia que una ves que les entregara la llave no habría vuelta atrás, de hecho ya no la había; ya habían pagado la mitad.
-Chicos, vengan aquí..-, la señora Thomnson llamaba a los pequeños, mientras el señor Thomnson y yo entrábamos ya a la casa.
-Saque los cuadros, floreros, libros, ropa, vajillas y los done, así que no tendrán que sentirse culpables por tirar nada.- les dije con un tono en el cual no notaran el dolor que causaba dejar todo aquello.
-Que hay de los muebles?... digo, no te los llevarás?- me pregunto algo curiosa la señora Thomnson. Al parecer le sorprendía que dejara esos muebles allí. La mire esperando a que terminara de hablar…- es que son muebles muy bellos, y al parecer son artesanales-. Esto último me sorprendió a mí. ¿A caso sabia de muebles esta señora? Tarde en contestarle.
-Veo que sabe de muebles-, le dije.
-Si, bueno, es algo que viene de familia.- me dijo sonriendo y, ¿algo avergonzada?
-OH…- dije- En realidad, creí que les ahorraría la compra de nuevos muebles, pero si no los quiere…-, no me dejo terminar de hablar cuando dijo:
-No, no es eso, con gusto nos quedaremos con ellos; son hermosos, muy hermosos.-Rió y acaricio una pequeña mesa de la sala.- Gracias-.sonrió y me miro a los ojos.
-De nada.- dije sonriendo.
-¿Segura que nos los quieres?- pregunto el señor Thomnson.
-Segura; además no podría llevarlos en mi auto.- reí.- Recorreré el país por un tiempo.-, mentí.
-OH,¡ eso es genial!.- dijo él.
-¡Si, lo es!- mire a otro lado-. Bien, creo que esta todo dicho. Les mostrare el resto de la casa.- y así fue, les mostré toda la casa, mas a la señora Thomnson que a su esposo, dado que el ya la había visto, sino no la estaría comprando.

Para cuando termine de mostrarles toda la casa, ya había oscurecido. No sabía muy bien que hora era pero creía que ya pasaban de las 8 PM. El tiempo se alargaba tanto como el dolor en mi pecho. Con la diferencia que el tiempo transcurriría y pasaría mientras que el dolor quedaría allí.

A pesar de que estaba oscuro no me quite los anteojos; eran bastante oscuros, de esos que utilizan los ciegos para esconder sus ojos. De no ser por mi súper visión (suena gracioso si se tiene en cuenta que era un moustro mas que un superhéroe) me habría propinado de un buen golpe al salir de la casa.

- Bien, creo que ya esta todo visto y dicho- le dije al señor Thomnson, algo ansiosa por irme de una vez de allí; él lo noto en mi voz.
- Si, gracias otra vez por los muebles- dijo.
- No hay por que, se que los cuidaran mejor que yo- sonreí.- Tenga- les di las llaves.
- Gracias- extendió un sobre al mismo tiempo que yo le entregaba las llaves- lo tome y lo puse en el bolsillo de atrás de mi pantalón, sin ni siquiera abrirlo.
-¿No lo contaras? - me dijo.
- No, confío en usted- le dije sonriendo- a no ser que quiera que lo cuente aquí- reí.
-No, no, por favor, esta todo lo que pidió allí- sonrió algo nervioso, sorprendido por mis palabras.
-Entonces creo que ya me iré, así disfrutan de su nueva casa- sonreí algo triste.
- Gracias de nuevo, y mucha suerte en tu viaje por el país- me dijo estirando su mano para saludar, más bien para despedirme.
- No hay porque- tome su mano muy suavemente tratando de no rompérsela. No sabía cuanta fuerza tenía, ni tampoco quería averiguarlo en ese momento.
- Disfruten de la casa- les dije y me giré hacia mi auto.
- Adiós y suerte- dijo la señora Thomnson al momento que subía a mi auto. Solo le salude con la mano, sin ni siquiera mirar en su dirección, con el miedo de que el dolor me hiciera llorar.

Puse en marcha el auto y acelere.

Treinta minutos más tarde me encontré saliendo de Salt Lake City por la carretera estatal nº 84 hacia el noroeste.

1 comentario:

  1. Hola romina!! genial tu historia, yo la leo en facebook, como Micka way lee iero =) si queres visita mi historia en blog, behind the sun.
    QUE BUENO QUE CREASTE UN BLOG ! =D

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