lunes, 12 de diciembre de 2011

Capitulo 24: “¿Qué clase de nombre es Renesmee?”… “¿Qué clase de nombre es Row?”


Habían pasado tres semanas desde que supe lo que realmente era. Y conforme iban pasando los días, se hacían cada vez más cansadores y largas las horas, los minutos, los segundos… en fin, el tiempo en sí.

Durante esas tres semanas, había concentrado mis fuerzas y mi energía en querer convertirme en loba. Y no me detendría hasta lograrlo.


Despertar hoy, con los primeros rayos de un sol cubierto por las nubes, que traspasaban por los bordes poco cubiertos de las cortinas, fue tan doloroso, o más, como el primer día de mi entrenamiento. Y hoy no sería un día más. Este día traía algo más consigo que un simple día nublado y frio. Podía sentirlo.


Hoy sería un día totalmente diferente…


-¡Arriba dormilona! ¡Es hora de levantarse!- se movió rápidamente hasta los ventanales, abriéndolos de par en par las cortinas, dejando entrar aquella luz matutina.

-¿Era necesario que las corrieras?- mi humor no era bueno por las mañanas, mucho menos a las 06:30 AM. Me levante lentamente de la cama, recogiendo mi pelo una vez de pie y encaminándome hacia el cuarto de baño.
-“Un poco de luz a tu vida, no le hará daño”- pensó alegre Alice. Reí ante aquel pensamiento suyo, y mientras lavaba mi rostro y lo secaba, Alice se movió rápidamente, colocándose detrás de mí. Me sobresalte al sentir sus frías manos en mi zona lumbar. – ¿Qué es esto?- su voz se lleno de preocupación mientras recorría las heridas con sus gélidos dedos. No pude evitar quejarme un poco, sintiendo ardor.
-Estaré bien, Alice.- me gire, enfrentándola y evitar que las siguiera viendo. –Fue un accidente.- le dije seria y convincente. –Es parte del entrenamiento.
-¿Segura?- se cruzo de brazos. –Por que se ven horribles y hechas por un lobo.
-Si, Alice, lo sé.- sonreí un poco para tranquilizarla. –Carlisle las reviso anoche. Y me dijo que para esta noche ya no estarán.- camine acercándome a ella para sacarla del baño. –Ahora… si me disculpas…- me detuve en la puerta y le señale la salida. Dudo un poco ante mi reacción, pero logre convencerla.
-Claro. Lo siento.- sonrió un poco. –Tu desayuno te espera abajo.- dijo al tiempo que salía a toda velocidad de la habitación. Negué con mi cabeza al tiempo que volvía a concentrarme en mi deber como humana, recién despierta y levantada, para comenzar su día.

Solo me tomo 20 minutos buscar mi ropa y cambiarme. Claro, hubieran sido menos, si Alice no se hubiera puesto en la laboriosa actividad de acomodar mi ropa en los distintos cajones, agregando mas prendas a mi poco útil y despreocupado vestuario.


¡JA!


Pensar en cómo había cambiado mi vida en tan solo tres semanas, me hacia reír.


De pronto, -y en tres semanas de mi nueva vida-, había logrado averiguar y descubrir lo que realmente era. Y no solo eso. También había logrado llenar mi patética y solitaria vida de gente –si es así como podía llamárseles- un tanto parecidas a mí, o al menos a mis dos partes que me conformaban.


Mientras salía de la habitación –con mi paso humano lento, recién despierto y aun adormilado- y bajaba las escaleras, no pude evitar traer al presente los recuerdos de mi primer entrenamiento. Fue al día siguiente de que la bomba de la verdad y el descubrimiento, me cayeran encima, dejando como secuelas de su estallido el alivio por saber de una buena vez lo que era y la preocupación por no saber hasta donde era capaz de llegar.


Jacob había tomado el papel de mi entrenador personal, dado que el sabia como “despertar” mi lado lupino –según Carlisle-. Y a él –y solo por la mera diversión y curiosidad- se le sumaron Emmett, Jasper, Edward y la odiosa de Rosalie. Claro que, esta última, solo quería ser participe para hacerme sufrir con sus propias manos, o al menos eso traduje de sus pensamientos sutiles y amables.


Fred también formaba parte del grupo de entrenadores. Aunque, a decir verdad, el solo actuaba cuando veía que necesitaba un descanso. Era mi campana de tiempo fuera. Y eso molestaba a Jacob, porque cuando Fred creía que ya había tenido suficiente, libera su poder, interrumpiendo tal vez algún que otro ataque sorpresa por parte de él, o del cualquiera del resto.


Fred siempre era mi escudo en cuanto a los posibles ataques externos que podían llegar a recibir… siempre fue mi protector… mi ángel de la guarda…


Y en cuanto a Alice… bueno, teníamos nuestro propio entrenamiento por aparte. Ella solo quería poder ser capaz de ampliar su campo de visión del futuro. ¿Pero porque? ¿A quién, o quienes, aparte de los lobos no podía ver?


Practicar con Alice dejaba más secuelas en mi cuerpo. Unas horribles jaquecas, que duraban más que cualquier herida. Pero valía la pena, porque al menos me sentía útil en algo.


El salón estaba en silencio. Y no había nadie en el.


Los pensamientos de Esme me guiaron hasta la cocina. Estaba tratando de recordar una vieja receta familiar. Pero se dio por vencida al no poder hacerlo.


-¡Buenos días, mi niña!- se giro, al tiempo que me detenía para observarla moverse por la cocina. – ¿Dormiste bien?- pregunto dulcemente mientras señalaba un lugar en la mesa, donde estaba ubicado mi desayuno. El exagerado y abundante desayuno.

-Si.- sonreí mientras me sentaba. –Muy bien, gracias.- Esme rio un poco, quedándose de pie en el extremo opuesto de la mesa.
-Me sorprende que puedas dormir con tantos movimientos nuestros por toda la casa.- dijo algo apenada.
-No se preocupe.- le sonreí. –Me acostumbro rápido a todos los cambios… Además, es bueno saber que no irrumpo en sus estilos de vida.- y era verdad, me aliviaba saber que me presencia no los había hecho cambiar. Y el que no durmieran, no me molestaba en lo más mínimo. Solía tomar sus ruidos y voces como una melodía, como música, en mis primeras noches. Y eso me calmaba, y aun lo hacía.
-¡Buenos días!- saludo cordialmente Carlisle, mientras se acercaba a Esme para darle un tierno beso en los labios como saludo, aunque deduje que era más por ser amoroso con ella.
-¡Buenos días!- susurre algo avergonzada. Me sentía como una niña viendo a sus padres, siendo cariñosos uno con otro, sin importarles la presencia de público alguno. Y aunque me sentía una intrusa, la escena era hermosa a la vista.
-¿Y bien?- murmuro Esme a Carlisle. Este la miro y ambos se quedaron en silencio, mientras yo comenzaba a devorar mi desayuno.

Gracias al entrenamiento constante, pude descubrir mi capacidad de apagar mis dones y ser, por el tiempo que yo quisiera, “humanamente normal”. Solo así, podía darles privacidad a todos en cuanto a pensamientos, sentimientos y, porque no, también libertad.


Era lo único bueno que sacaba del hostigante, sufrible y cansador entrenamiento. Aunque. A decir verdad, se lo debía a Eleazar esta parte. Fue él quien me ayudo en esto.


Los minutos pasaron y de pronto, Carlisle sonrió ampliamente.


-Ya están aquí.- nos miro a ambas, mientras no dejaba de sonreír. Los ojos de Esme brillaron de una forma extraña mientras sonreía y su felicidad golpeo con fuerza mi cuerpo, logrando así, despertar mi curiosidad.


¿De quienes hablaban? ¿Quiénes habían llegado? ¿Y porque tanto misterio? Esa eran las preguntas que llegaron a mi mente en ese preciso momento.


Fuera de la casa, un auto se detuvo de seco, y oí varios pasos moverse con velocidad hacia la entrada de la misma. Y entre medio de esos pasos, el latir desenfrenado de un corazón, siendo acompañado por otro latir más fuerte y pesado.


Oí abrirse la puerta principal, acompañado del silencio absoluto por parte de los nuevos visitantes. Hasta que alguien hablo…


-¿Abuela? ¿Abuelo?- una voz dulce y melódica interrumpió el silencio de la casa, mientras se oían los pasos por todo el salón y la puerta cerrarse.

-¡¡Mi hermosa niña!! ¡¡Regresaste!!- la voz de Esme se quebró al punto del llanto. Claro, lo hubiera hecho si no fuera que los vampiros no pueden llorar. – ¿Cómo estuvo su viaje?
-Largo y agotador.- otra voz femenina contesto la pregunta. Y, esta, reflejaba lo que decía. –Hubo fallas técnicas. Razón por la cual nos demoramos en llegar.- Mis ojos estaba cerrados, concentrándome en tratar de ver algo, ya sea en el futuro o en los pensamientos de Esme, que me mostrara quienes eran aquellas mujeres. Pero no podía. Por alguna extraña razón, había algo que me impedía armar sus fisionomías, cubriendo también cualquier pensamiento. ¿Pero qué? ¿Y por qué? Fruncí mi ceño, concentrándome aun más, pero fue en vano.
-¿Row?- susurro Carlisle, tocando mi hombro derecho. Abrí mis ojos, algo sorprendida, mirando su mano y luego hacia su rostro sonriente. –Ven… quiero que conozcas a las integrantes que faltaban en esta familia.- dijo, abriéndose paso en dirección al salón.

Me tomo varios minutos colocarme en pie y caminar hacia el salón principal.


La curiosidad por saber quiénes eran aquellas mujeres, que había llegado, recorría cada parte de mi cuerpo, poniendo así, todos mis instintos en alerta. Incluso mis dones absorbidos y ya desarrollados.


La felicidad de Esme, era tan embriagadora y fuerte, que golpeaba todo mi ser, contagiándolo un poco. Pero había algo más… ¿Envidia? ¿Enojo? ¿Celos?


A medida que caminaba hacia el silencioso salón, esos sentimientos iban creciendo. ¿Pero porque? ¿Quiénes eran y porque sentían eso hacia mí? ¿Qué pude haberles hecho para generar eso?


En cuanto puse un pie en el salón, dos olores golpearon con fuerza mi sensibilizada nariz. El primero, era el olor de un lobo; y el segundo… ¿una humana?...


-¡Jum!- Carlisle se aclaro su garganta, al mismo tiempo que colocaba su mano en mi hombro izquierdo. Esme se giro, me sonrió y se movió rápidamente hacia mi costado derecho. Y para mi gran sorpresa, Jacob y Edward estaban presentes, acompañando cada uno, a las mujeres nuevas.

-¡Row!- la sonrisa de Jacob desapareció al tiempo que me miraba. –Creí que Emmett y Jasper te había llevado a entrenar.- dio un paso hacia adelante, apartándose de la muchacha que tenía a su lado.
-Row también necesita descansar, Jake.- dijo Esme, dulcemente. Mis ojos estaban clavados en aquella muchacha que se colocaba a la par de Jacob. Su cuerpo, delgado y de estatura mediana, indicaba la edad de 15 años. Su piel era blanca pero sus mejillas eran rosadas y con hoyuelos, su pelo largo y rizado era de un color cobrizo muy familiar para mí. Y sus ojos, color café, estaban clavados sobre mí, reflejando aquellos sentimientos que había captado con anterioridad. Y más aun, la sorpresa ante la reacción de Jacob, ante mi presencia.
-¿Así que tu eres la nueva hibrida?- hablo dando un paso hasta colocarse a la par de Jacob, tomando su brazo derecho. –Mi padre nos hablo mucho de ti.- sonrió de una forma maliciosa.
-¿Tu padre?- pregunte. Y esta, miro a Edward, quien sonrió de lado. – ¿Es tu hija?- lo mire sorprendida.
-Nuestra hija.- hablo la mujer que estaba sentada a su lado, tomando su mano. Su aspecto y su olor indicaban que era vampira. Su pelo, color café oscuro, estaba recogido en una coleta, y sus ojos indicaban que tenía sed. Y en ellos, vi reflejado el enojo y la envidia. ¿Pero porque?
-Ella es Isabella, y ella es Renesmee.- las señalo Carlisle, indicando quien era quien. Pero hice oídos sordos ante sus nombres. Mis ojos estaban clavados en Edward, y vi como los suyos trataban de leer mis pensamientos. Pero era en vano, ya que no le permitiría hacerlo.
-Así que… ¿era esto lo que me ocultaban?- mi corazón latía desenfrenadamente a causa del enojo que sentía.
-¿Disculpa?- murmuro Isabella.
-¿Hay algo más que deba saber?- mire a Jacob, respirando profundamente para no estallar en ese preciso momento.
-Row…- susurro Jacob. –Déjame explicarte.- dio un paso más hacia donde me encontraba parada, en shock y enojada. Pero antes de que Jacob diera otro paso más hacia mí, estirando su mano derecha para tomar las mías y así calmarme y explicar todo, antes de que siquiera pudiera tocarme, Renesmee atrapo la mano de Jake a mitad del recorrido, entrelazando sus dedos a los de él. Y hablo…
-Si, hay algo mas.- me dedico otra sonrisa maliciosa y luego miro a Jacob. –Jacob es mi novio.
-¿Qué?- murmure mientras los miraba a ambos. Mis ojos iban de sus manos unidas y entrelazadas, a sus rostros.
-Nessie.- la regaño Edward mirándola seriamente. Esta volvió a mirarme de modo desafiante y sin dejar de sonreír, mientras yo trataba de unir los cabos sueltos de todo lo que había pasado.

Ahora entendía todo… ahora sabia el verdadero porque de la desaparición de Jacob durante tanto tiempo… Y gracias a los pensamientos de Renesmee los sabía…


-“¡Jacob esta imprimado de mi! ¡Y la imprimación es algo de lo que nadie nos separara! ¡Ni siquiera tu!”- sentía mi furia arder ante aquella palabra.


¡Imprimación!


¡¡Arrgh!!


Mientras me quedaba inmóvil ante los pensamientos de Renesmee, Edward e Isabella se acercaron a Jacob y discutían en voz muy baja sobre lo que estaba sucediendo, mientras yo… yo me sentía como una completa imbécil por haberme creído las palabras de ellos, por haberme creído que ya no era un peligro para ellos.


Porque de eso se trataba todo esto… seguía siendo un peligro para todos ellos. Más aun para Renesmee.


Luego de unos minutos de mi vano intento por calmarme –y mientras Edward, Isabella, Jacob y Renesmee aun discutían- me gire y suspire pesadamente cerrando mis ojos por unos cuantos segundos. Pasados esos segundos, me encamine hacia Esme y le dedique una enorme sonrisa, que ocultaba todo enojo y dolor.


-Muchas gracias Esme por el desayuno.- tome sus manos y la mire fijo. –Estuvo delicioso.

-Y espera a probar lo que preparare para el almuerzo.- dijo dulcemente. Y en cuanto lo dijo, me sentí una completa basura por lo que iba a hacer, pero necesitaba hacerlo. Muy a pesar de que ella no se lo merecía.
-Lamentablemente, no podre probar el seguro delicioso almuerzo.- reí un poco. –Dado a que no estaré aquí.
-¡¿Qué?!- Jacob se giro, dejando de lado por unos minutos, la discusión con sus suegros y su novia. – ¿Cómo que no estarás?- lo mire por unos segundos y le sonreí de lado, sin contestar a sus preguntas.
-Pero si estaré para la cena.- volví a mirar a Esme. –Así que, podrá sorprenderme en ella.
-Puedo asegurarte de que así será.- dijo seguro de sus palabras y todo sonriente Carlisle, mientras tomaba la mano derecha de Esme. Y ambas reímos un poco.
-Bueno… será mejor que me vaya.- fingí una enorme sonrisa y de titulo feliz.
-¿Adonde iras?- volvió a preguntar Jacob, pero esta vez de un modo casi autoritario y con cierto enojo. Y al ver que no le contestaba miro a Edward, seriamente.
-No puedo leer sus pensamientos.- Susurro molesto. –Esta bloqueándome.- sonreí ampliamente.
-Isabella, Renesmee.- las mire a ambas. –Fue un placer haberlas conocido.- dije cordialmente, mientras me encaminaba hacia la salida de la casa y, al hacerlo, oí el motor de mi auto detenerse afuera. –“Mi salvación”- pensé mientras abría la puerta.

El aire fresco golpeo mi rostro, evitando así dejar salir las malditas lágrimas.


No quería llorar en ese momento, pero era tal el enojo que sentía, que lo refleje en mi rostro y en mi andar.


-¿Qué es lo que está pasando Edward?- pregunto Isabella.

-Lo mismo me pregunto yo.- dijo Esme. –Es obvio que Row está molesta por algo.
-Hablare con ella.- murmuro Jacob. –¡¡Row!! ¡¡Espera!!- grito mientras yo bajaba las escaleras de la entrada. Y mientras lo hacía, de mi auto bajo Emmett y Jasper.
-¿Y Fred?- le pregunte a Jasper, quien no paraba de mirarme detenidamente, sonriendo de lado. Los pasos de Jacob, en las escaleras, hicieron que desviara su mirada y la clavara en el.
-Creo que ya las conoció.- murmuro divertido Emmett.
-Fred pidió que lo dejáramos en la frontera.- contesto Jasper.
-Row, tenemos que hablar.- Jake tomo mi brazo, girándome para que lo mirase.
-¿Hablar de que, Jake? No hay nada de qué hablar.- quite mi brazo bruscamente de su mano.
-Déjame explicarte.- murmuro dando un paso más hacia mí.
-¿Explicar qué?
-¡¡¡Jake!!!- interrumpió Renesmee, quien estaba mirándonos desde la puerta, dejando crecer y salir sus celos y enojo.
-Ve… tu novia te habla.- me gire y mire al fortachón. -¡Emmett, las llaves!- este las saco de su bolsillo delantero de su pantalón y me las tiro directo a mi mano derecha, mientras me encaminaba hacia la puerta del conductor.
-Al menos dime… ¿Dónde vas a ir?- pregunto Jacob, algo molesto. Pero no le respondí. Me subí a mi auto y, mientras lo ponía en marcha, vi salir a Edward de la mano de Isabella.
-Vaya que está molesta.- le susurro Emmett a Jasper.
-Ya lo creo.- dijo Jasper sin dejar de sonreír de lado.

Acelere y salí a toda velocidad, dejando atrás a todos. Pero no el dolor que sentía por la mentira creada.


No sabía dónde ir. Solo maneje por la carretera sin rumbo fijo.


Solo quería dejar todo atrás.


Las preguntas comenzaron a rondar por mi cabeza, dejándome sin escapatoria, ante lo sucedido, más que recordarlo.


“¿Por qué ocultarme lo de Isabella y Renesmee? ¿Por qué Edward no me dijo que era casado? ¿Por qué Jacob no me dijo que se había imprimado?...”


Sin darme cuenta, y con mis pensamientos girando en el tema, estaba entrando en territorio Quileute. En La Push.


El camino que recorría me era familiar. Era el camino que me llevaba a una sola dirección, directo a la casa de Sam.


Me detuve a poco metros de la casa, mirándola dudosa…


-“Si lo buscas provocaras una gran pelea entre ellos”- pensé mientras me debatía entre seguir el camino o ir a otro lugar. –“Pero necesito saber la verdad. Y solo él puede explicarme todo. Por más doloroso que sea tenerlo en frente y no poder decirle la verdad”- volví a encender y poner en marcha el auto, conduciendo directo a la casa.


En cuanto estacione frente a la casa y baje del auto dudosa, oí los pensamientos de Seth y sus pasos dirigiéndose a la salida.


-“¿Row?”- se detuvo y me miro sorprendido.

-Hola, Seth.- sonreí. Luego de unos segundos de mirarme detenidamente, salto las escaleras del porche y corrió hacia donde yo estaba. Me abrazo, levantándome del suelo y haciéndome girar, mientras reía un poco. Había olvidado cuán bien me hacía que él estuviera cerca mío. Y fue ese bienestar que me hizo sentir, que lo abrase de la misma manera que él lo hizo y reí, también, un poco.
-“¿Qué haces aquí?”- pensó sin dejar de abrazarme. –“¿Sucedió algo malo?”- se aparto y me miro serio y preocupado.
-Tranquilo. Nada paso.- le sonreí y el tomo mi mano derecha.
-Ha pasado bastante tiempo.- sonrió de lado. –Emily y Sam se pondrán muy contentos en cuanto te vean.- baje mi mirada hasta nuestras manos entrelazadas. Y antes de que pudiera decirle algo a Seth, unas risas y burlas, que provenían del porche, nos interrumpieron. Paul, Collin, Brady, Embry, Quil y Jared nos miraban, mientras se codeaban y señalaban nuestras manos. Pero aun así, ninguno de los dos nos soltamos.
-¿Row? ¿Eres tú?- detrás de la línea de hombres lobos, divertidos y burlones, salió Emily sonriendo sorprendida y encaminándose hacia mí para abrazarme. – ¡Que alegría volver a verte! Creí q no te volveríamos a ver con todo lo que paso.
-Fue todo solo un mal entendido.- dije mientras la abrazaba.
-Estoy de acuerdo con eso.- Sam se hizo presente, saliendo de la casa, todo sonriente. Y en cuanto lo vi, tuve la enorme necesidad de abrazarlo, pero no lo hice. En vez de eso, me quede inmóvil y sintiendo como mi corazón se detenía. –Me alegra saber que estas viva y a salvo.- Seth apretó mi mano para que reaccionara y respirara de nuevo.
-Lo estoy gracias a Fred.- me quede mirándolo.
-Para la próxima infórmate de quiénes son tus amigos.- dijo Paul, con sus brazos sobre su pecho desnudo. Seth volvió a apretar mi mano, para obligarme a que lo mirase por unos segundos.
-“Ellos no saben lo que eres, ni mucho menos lo que está sucediendo”.- pensó.
-¿Y qué te trae por aquí?- pregunto Jared, quien no parecía haber superado lo de nuestro primer encuentro.
-¿Jake sabe que estas aquí?- pregunto Embry.
-No, no lo sabe.- lo mire y luego mire a Jared. –Solo vine porque necesito saber sobre un tema en especial.- volví mi mirada a Sam, algo seria.
-¿Y cuál es ese tema?- pregunto él.
-Es sobre la imprimación de Jacob y Renesmee.- todos me miraron seriamente. –Se que todos lo ocultan por el resto de la gente y su protección, pero… ¿Qué mas hay detrás de todo esto?
-Deberías hablar de esto con Jake, Row.- intervino Quil, dando un paso hacia mí.
-No, no puedo Quil.- lo mire. –Renesmee está aquí y al parecer no le caigo muy bien. Sé que no dejara que Jacob se acerque a mí para hablar… Además… no hay privacidad allí.- todos rieron un poco.
-Es cierto.- dijo Sam. Ver su rostro feliz, solo alimentaba más mis ganas de decirle toda la verdad. –Ven… entra y te contare todo lo que quieras saber sobre Nessie.- los chicos entraron primero, volviendo cada uno a su lugar, o al menos eso parecía.

Había olvidado cuan acogedora y familiar era la casa de mí… de Sam.


Emily se había instalado en la cocina, mientras que los chicos se turnaban para un juego de Guitar Hero en la nueva adquisición de Sam, la PlayStation 3. Parecían unos niños de entre 5 y 6 años, peleando y discutiendo sobre el orden de los turnos, quienes hacían trampa y quien era el mejor jugador. No puede evitar reír y no era la única, Sam, Emily y Seth también lo hacían.


Seth se había ubicado a mi lado y en ningún momento se separo. Ni siquiera cuando Sam lo miraba serio.


-Seth ¿terminaste de hacer tus deberes?- le pregunto.

-Si, Sam.- Seth lo miro sonriendo de lado. –“Sera un hermano muy celoso cuando decidas decírselo”.- pensó mirándome. Sonreí solo para ocultarle el dolor que me causaban sus palabras. Sam suspiro y luego me miro.
-¿Así que conociste a Nessie?
-¿Nessie?- lo mire sonriendo de lado, causándome gracia el apodo hacia Renesmee.
-Jacob le puso así por la forma en que nació Renesmee.- contesto Seth, mirando a Sam y luego a mí.
-Wow, wow, wow… ¿Disculpa? ¿Nació? ¿Renesmee nació?- los mire sorprendida. –Creí que los vampiros no podían tener hijos.- ambos se miraron y suspiraron.
-Es cierto, los vampiros no pueden tener hijos.- contesto Sam serio. –Pero si una humana puede quedar embarazada de un vampiro. Y Bella era humana cuando quedo embarazada de Edward Cullen.- mi shock creció aun más.
-¿Qué?- balbucee. Los chicos hicieron silencio y se pusieron todos serios. Ninguno quería que supiera lo que a Renesmee se refería, ni mucho menos lo que había pasado. Podía sentirlo en cada uno de ellos. Incluso en Seth. ¿Pero que podía ser tan importante como para que lo ocultasen de tal manera?
-Durante la gestación de Nessie, en el vientre de Bella, pasaron muchas cosas. Hubo muchos cambios.- sus pensamientos iban de palabras como peleas y separación a Vulturis. Y en cuanto lo pensó, en cuanto ese nombre se hizo presente en los pensamientos de Sam, mi piel se erizó, sintiendo un escalofrió recorrer mi espalda y subir por mi columna vertebral. Si los Vulturis estaban implicados en esto, solo quería decir que no era bueno y que algo más ocultaban. Y sabía que Sam no me lo diría. –Para los Cullen y para nosotros, Nessie es especial.
-Especial quiere decir diferente.- murmure aun sorprendida.
-Así es.- sonrió de lado. –Cuando Jacob imprimo a Nessie, ella era solo una recién nacida.- me miro, al notar en mi cara la sorpresa. –Veras… la imprimación es la unión mas fuerte entre un humano y alguien como nosotros.- lo mire como si la palabra imprimación fuera nueva para mí. Pero no lo era, ya sabía suficiente de ella como para saber de qué se trataba.
-Espera… acabas de decir que la imprimacion es entre un humano y alguien de Uds.…- suspire lentamente. –Es decir ¿Qué Renesmee es humana?
-No exactamente.- Sam miro a Seth serio, dudando si decirme o no lo que Renesmee era.
-“Quil tiene razón”.- pensó Seth. –“Deberías hablar con Jake sobre esto”.- negué con mi cabeza y mire a Sam.
-No se lo diré a nadie, Sam. Puedes confiar en mí.- suplique. –Necesito saber qué es lo que Jacob me oculta en cuanto a ella.
-¿Por qué quieres saberlo? ¿Por qué la insistencia?
-Porque ya soy parte de este mundo y quiero saber todo sobre el.- dije convinsente y seria. –Son mi familia ahora.- Seth se tenso ante mis palabras, al igual que Quil y Embry, quienes se colocaron de pie y me miraron.
-“¡Ten cuidado con lo que dices! ¡No es el mejor momento!”- pensó Embry.
-“¡Deja ya el tema, Row!”- ordeno Quil. Sam suspiro pesadamente y se quedo en silencio por varios minutos.
-“No entiendo porque Jacob no te lo dijo”- pensó Sam con sus ojos cerrados y sopesando su decisión. –Nessie es mitad humana y mitad vampiro. O como los Cullen suelen llamar a una especie así, una hibrida.
-“Nessie es igual que tu”- pensó Seth. –“Con la diferencia que ella lleva su otra mitad humana y tú la nuestra”- Mi shock volvió a aparecer, dejándome inmóvil otra vez.

Ahora entendía porque me había llamado “nueva hibrida”.


Sam se giro hacia Emily y la ayudo en la cocina. Los chicos volvieron a concentrarse en el juego y así, el tema Nessie quedo en la nada. Sin más que decir, ni preguntar.


Seth fue el único que no se movió de mi lado. Su mirada estaba clavada en mi, tratando de averiguar, o adivinar, que es lo que pasaba por mi cabeza con aquella revelación. Y lo único que en mi cabeza rondaba era una sola pregunta… ¿Por qué tanta protección hacia lo que era?


Seth volvió a tomar mi mano y la presiono de nuevo, para que volviera a la realidad.


-¿Te encuentras bien?- Emily se encontraba frente a mí, mirándome preocupada ante mi poco movimiento. Tarde en contestarle.

-Ehmm…- suspire lentamente. –Si, si. Estoy bien.- le sonreí. –Lo siento.
-Descuida.- sonrió amablemente. –Solo quería saber ¿si te quedaras a almorzar con nosotros?- mire a Seth y este sonrió, al igual que Sam en cuanto oyó la pregunta.
-Claro. Me encantaría.- conteste. Emily me abrazo y se giro a seguir preparando el almuerzo junto a Sam.

El resto del día pasó tan rápido, como el almuerzo devorado por los Quileutes, dando lugar a la noche.


Había sido un día muy interesante, con nuevas revelaciones y un toque de distracción y diversión.


Compartir y pasar el día con Sam y su manada, me hiso sentir… humana… normal. Sam más que una manada, tenía una familia. Y ver eso, solo alimentaba el fuego en mi interior de decirle toda la verdad. Pero no podía hacerlo, y eso causaba dolor en mi pecho.


¿Por cuánto tiempo soportaría callarme la verdad? ¿Por cuánto tiempo podría tenerlo cerca de mí sin poder llamarlo hermano? Sin poder abrazarlo y decirle lo mucho que he necesitado, lo mucho que lo he buscado. Pero más que nada ¿Por cuánto tiempo estaría sin saber si el realmente me aceptaría por lo que soy, por mi naturaleza?


Las horas seguían pasando y la noche se hacía, cada vez, mas presente.


La hora de la cena se había pasado y con ella mi promesa de sorprenderme con lo que haya preparado Esme. Por lo que tenía que volver a la casa Cullen y pedirle disculpas a Esme.


Seth se ofreció a acompañarme, y aunque me negué varias veces con el punto de que el luego se volvería a casa solo, lo hizo igual, convirtiendo el “ofrecimiento” en “deber”.


Me despedí de Emily, Sam y los chicos, con la promesa de una próxima visita, mientras me subía a mi auto.


Mi acompañante y copiloto, cómodo y relajado en su asiento, no paraba de sonreír.


-Gracias.- le dije, cortando el silencio que nos rodeaba, mientras manejaba a unos 50 km/h.

-¿Por qué?- me miro sorprendido, pero sin dejar de sonreír.
-Por estar a mi lado sin hacer preguntas sobre lo que soy.
-No eres un peligro para mí, Row.- me miro, directo a los ojos, serio. –Nunca lo olvides, confío en ti.- dijo dulcemente. No supe que decirle. Tuve que desviar mi mirada de él para que mis mejillas no me delataran.

¿Por qué Seth me hacía sentir segura y normal? ¿Por qué no podía ni siquiera permanecer lejos de el? ¿Qué era lo que estaba pasando conmigo y Seth? ¿Por qué sentía todo esto, si apenas lo conocía? ¿Por qué?


Conduje por el camino que llevaba a la residencia Cullen, en completo silencio. Y me lleve una gran sorpresa al verla.


Sin dudas la enorme casa mostraba todo su esplendor de noche, con cada luz de cada habitación encendida. Pero dentro, me esperaba un interrogatorio peor que el que hace la policía o el FBI. Y el silencioso interior lo afirmaba.


Me detuve frente de la casa y baje del auto junto con Seth, quien al momento de colocarse a mi lado, tomo mi mano derecha.


-Gracias por acompañarme.- dije, mientas nos deteníamos en las escaleras de la entrada.

-No hay porque.- sonrió ampliamente. Solo segundos después de que el terminara de hablar, la puerta principal se abrió. Era Jacob, quien nos miro a ambos serio al ver que estábamos tomados de la mano. –“Sera mejor que me vaya”- pensó Seth mirando a Jacob. –“¿Te veré luego?”
-Claro.- conteste regalándole otra sonrisa y soltando su mano.
-Cuídate.- susurro dulcemente.
-Tu igual.- Seth se encamino hacia el bosque y oí como se transformaba en lobo, quien, luego de unos segundos, aulló en forma de despedida. No pude evitar sonreír mientras subía las escaleras para entrar. Y al pasar por la par de Jacob, percibí el olor dulzón de Renesmee en su cuerpo.
-¿Dónde estuviste?- pregunto Jacob, después de cerrar la puerta principal y seguirme hasta el salón.
-¿Y Esme?
-Se fue de casería con Carlisle y los Denali.- contesto Edward desde las escaleras. –Volverán dentro de unas horas.- por detrás de el bajaron Jasper y Emmett. – ¿Podemos saber donde estuviste?- los cuatro pares de ojos se posaron en mi. Emmett sonreía pícaramente, al igual que Jasper, quien al ver que no contestaba hablo cuando Edward lo miro serio.
-Está tranquila y algo molesta a la vez.- susurro. Me crucé de brazos mirándolos a los cuatro.
-¡Yo les diré donde estuvo!- Fred entro por unos de los ventanales corredizos a mi espalda. Llevaba nueva ropa y sus ojos mostraban si rojo resplandor, sin rastro de sed. –Estuvo con Sam.- me fulmino con la mirada, mientras se cruzaba de brazos.
-¡¿Qué?!- la voz de Edward u Jacob se hicieron una y ambos volvieron a mirarme.
-¡¿Estas loca?!- Jacob estaba alterado y dio un paso hacia mí. – ¡¿A que fuiste a Sam?!- Emmett rio bajo y se deposito en el enorme sofá, mientras que Jasper sonreía de lado.
-“Tienes agallas”- pensó mientras seguía mirándome y tratando de calamar el ambiente tenso.
-¡No es de tu incumbencia!- le dije furiosa a Jacob, mientras me encaminaba hacia las escaleras. Fred había sido la gota que había rebalsado el vaso. Me estaba resultando un fastidio el hecho de que todos se sintieran obligados a protegerme, y si no encontraba la manera de apagar ese interruptor, estallaría de la peor manera contra ellos. Y era algo que no quería que pasara.
-“Row, por favor”.- pensó Edward haciendo que me detuviera a mitad de camino. –“Por favor”.- repitió y me miro con aquellos ojos amarillos suplicantes. –“Dinos lo que hablaste con Sam ¿Por qué fuiste con él?”- su voz era dulce y tranquila. Tuve que desviar mi mirada de él y respirar profundamente para poder contestarle.
-“¿Porqué no le preguntas al nuevo espía vampiro?”- pensé y mire a Fred y luego a Edward. –“Si él estuvo vigilándome de cerca, sabe todo lo que hable con Sam”.- seguí mi camino, sin mirar atrás.
-¡¡Row!!- grito Jacob y oí como me seguía, pero Edward lo detuvo.
-Deja, Jake. Row está cansada.- le dijo.
-¿Qué fue lo que te dijo?- le pregunto. Edward suspiro y oí como ambos bajaban de nuevo.
-Me dijo que Fred sabe lo que hablo con Sam.- su voz seguía siendo tranquila. –Row está molesta, Jake. No debimos ocultarle lo de Nessie y Bella.
-Lo sé.- susurro pesadamente Jacob.
-Se le pasara, Jacob.- dijo Jasper. –Row no es de las que guardan rencor. Pero si pide que confiemos en ella.
-Eso es cierto.- afirmo Fred. –Ella solo pide confianza.
-Y conmigo la tiene.- dijo Emmett. –Tanto que si ella me hubiera pedido que la acompañe, lo hubiera hecho.- oí como Jasper reía bajo, mientras Emmett prendía el televisor.
-¿Tu sabes lo que ella hablo con Sam?- pregunto Edward.
-Si.- contesto Fred. –Oí todo…

Fred les conto, con lujo de detalles, toda mi conversación con Sam y con cada uno de los Quileutes, mientras yo me recostaba en la enorme cama y me colocaba mis audífonos para escuchar mi música.


Estaba tan molesta, que no quería escucharlos a ninguno.


Y mi molestia y enojo iba mas allá que el simple hecho de que me hayan ocultado de la existencia de Bella y Nessie. Era más por el hecho de que nunca terminarían de confiar en mí. Y todo se debía a lo soy.


Mi cabeza giraba en torno a Nessie y a lo que era. Y había llegado a la conclusión de que ocultaban algo más. Algo más serio que el simple hecho de que ella sea una hibrida. ¿Pero qué? ¿Algo relacionado con los Vulturis, tal vez? ¿Sería ese el motivo por el cual ellos vendrían? ¿Por el cual me ocultaron se existencia?


Las horas pasaron rápidas y, tal cual había dicho Edward, Esme regreso junto a Carlisle y los Denali.


Me disculpe unas quinientas veces por haber sido impuntual ante mi llegada y ella, como buena y amable que era, me perdono las quinientas veces. Pero para estar segura de que no había herido sus sentimientos, le pedí que me preparara la cena –muy a pesar de que la hora rondaba las 03:30 AM-. Y, aun así, lo hizo, la cual estuvo deliciosa y me sorprendió como prometió que lo haría.


Al menos ella supo robarme una sonrisa.


Mi sueño se fue, al igual que el hambre, debido a lo llena y satisfecha que estaba, gracias a la deliciosa cena matutina que había preparado Esme.


Subí a mi habitación de pocas ganas y me senté en la cama, mirando hacia los enormes ventanales que me mostraban, como fondo, el bosque aun oscuro, recubierto por una tenue neblina.


Y me quede sentada allí, esperando a que el día se hiciera presente y trajera con él, algo nuevo y poco destructivo. ¿Pero qué? ¿Qué podía traerme que no sea más revelaciones y misterios? ¿Más mentiras y engaños? ¿Más desconfianza?


Las horas seguían pasando, y a lo lejos el sol me saludaba con sus primeros rayos… y no era el único que me saludaba.


Sus ojos estaban fijos en mí, como si viera dentro de mí ser y me entendiera por completo. Y su sonrisa, mostraba la aventura que tendría con el…


-“Es hora… baja ya”.- pensó, dedicándome otra sonrisa antes de girarse hacia el bosque oscuro.


Tenía razón… Sería otro día cargado de nuevas cosas por vivir…


Y con él a mi lado, todo sería una aventura…

3 comentarios:

  1. muchas gracias mina....y ya tendras el proximo...me demoro porq estoy tratando de recuperar las imagenes q edite para cada capitulo ya q formatearon mi pc...me alegra q te guste lo q escribo n_n <3

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  2. me gusta mucho tu historia pero no he podido leer los otros capitulos quisiera poder seguir leyendola porfa ayudame ¿si?

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    1. Claro...dime en q puedo ayudarte y lo hare...escribeme en mi correo q es ro_22_r@hotmail.com.ar todas las dudas q tengas...y me alegro mucho q te guste lo q escribo y gracias por tomarte tu tiempo en leerlo n_n <3

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