viernes, 24 de agosto de 2012

Capitulo 27: Juicio. (POV Seth)


Desperté al oír movimientos cerca de la camilla. Carlisle se encontraba cambiando la bolsa de sangre.

-Buenos días.- susurro sonriente al ver que había despertado. –Seth, hay habitaciones con camas cómodas para que puedas descansar. No tienes porque dormir en el suelo.- dijo reprochándome. Negué con mi cabeza y él suspiro al notar que era en vano discutir.
-¿Alguna mejoría?- mis ojos se fijaron en Row, y note que mi mano aun sostenía la suya. En ella, su piel mostraba un cierto rosa tímido, cálido. ¿Se debería a que mi mano estuvo sobre la suya toda la noche?
-Aun es muy pronto para saberlo.- contesto, distrayéndome de mis pensamientos. –Aunque su cuerpo ya nos está dando los primeros indicios de que estamos por buen camino.- inmediatamente fije mis ojos en él.
-¿Primeros indicios?- murmure sorprendido.
-Su temperatura corporal subió, y está en su punto normal, en los 47o C.- contesto, volviendo sus ojos hacia Row, y los míos siguieron su dirección. Aquel rosa tímido, cálido, que había notado en su mano, ahora se encontraba en sus mejillas, formando un tierno rubor en ellas. ¿Cómo es que no lo había notado?... Aun rígida e inconsciente, ese rubor, que ahora reinaba en sus mejillas, la hacía lucir tan… hermosa… deseable. Incluso sus labios, carnosos, lucían deseables… exquisitos. –Seth, deberías bajar y alimentarte. Incluso Row tiene mejor aspecto que tú, en estos momentos.- dijo en tono burlón, sacándome de mis pensamientos. ¿Qué está sucediendo conmigo? ¿Por qué de repente veo a Row de una manera deseable? ¿Por qué Veo a Row de esa manera? ¿Por qué me siento tan atraído por ella? Cerré mis ojos por unos segundos. ¿A caso me estoy enamorando de Row? ¿Enamorarme? ¿Yo? ¡Sí, claro!... sonreí de lado al notar que esas preguntas eran estúpidas y locas; mire a Carlisle, quien parecía curioso al ver mi rostro. Agradecía que él no pudiera leer mis pensamientos, y mucho mas agradecí que Edward no estuviera presente… ¿Pero dónde estaba? ¿Y Jacob? Mire la habitación y solo estábamos Carlisle y yo en ella. Los dos solos.
-¿Y Jacob y Edward?- pregunte.
-Abajo. Se están poniendo de acuerdo en la seguridad de Row para esta noche.- sonrió de lado. –Ven, acompáñame. Hare que Esme te prepare un buen desayuno.- rodeo la camilla y se coloco a mi lado, señalando la salida. –Debes alimentarte y reponer fuerzas, Seth.- dijo amablemente. Sonreí de lado y asentí encaminándome a la salida, pero antes de irme, le di una última mirada a Row. ¿Por qué luce tan hermosa y serena ante mis ojos?...

La charla que mantenían Jacob y Edward, era en voz muy baja, casi en susurros. Estaban ubicados en el salón principal, sentados en el sofá y acompañados por Alice, Emmett, Rosalie, Fred, Eleazar y Carmen. Esme apareció segundos después desde la cocina, con una bandeja en sus manos. En ella llevaba mi desayuno –un tazón grande de cereales con leche, algunas frutas cortadas en otro tazón, jugo de naranja y todo tipo de panes, galletas y lácteos untables-, un desayuno muy nutritivo y abundante. “Debió oír mi corta charla con Carlisle”, pensé mientras le sonreía en forma de agradecimiento.

-El lugar es bastante seguro.- dijo Jasper adentrándose en la sala, seguido muy de cerca por mí hermana. La mire sin entender aquel extraño dúo. Nunca se habían acercado. Leah se encamino hacia mí y se sentó a mi lado, tomando de la bandeja que tenía en mi regazo, un trozo de fruta. La mire con cara de “que está sucediendo”.
-Le mostré el lugar donde se llevara a cabo el juicio.- dijo respondiendo a mi pregunta no expresada.
-Bien, entonces, está todo listo.- dijo Jacob.
-¿Todo listo?- murmure mirándolo de inmediato. Me había perdido toda la charla y la posibilidad de opinar y decidir también. Edward me miro y sonrió de lado.
-Carlisle y Fred los acompañaran.- dijo. –El resto nos quedaremos aquí.
-Yo también quiero quedarme.
-No.- contradijo Jake, mirándome fijo. –No puedes. Tenemos que estar presentes todos los miembros de las dos manadas.- una vez más, fue en vano discutir. Aunque no quería, Jake había hablado con doble voz, la del simple Jacob y la del alfa de la manada. Suspire pesadamente y asentí, no estando del todo de acuerdo, pero sabiendo que sus palabras eran una orden de la cual no podía escapar ni opinar.
-Cuidaremos de ella, Seth.- dijo Alice, notando mi cambio de ánimo. –Ella estará a salvo con nosotros.- la mire y ella sonrió. Sabía que podía confiar en ella. Confiaba en ella y en todos los Cullen. Después de todo, los Cullen eran mis amigos y mi otra familia. Asentí ante sus palabras y le devolví una media sonrisa muy poco convincente de la supuesta tranquilidad que ella quería darme.

Todo estaba listo, y mientras el día corría lento –demasiado lento para mi gusto y ansiedad-, todos decidieron hacer algo distinto para distraerse, mientras esperaban la hora del juicio.

Bella y Nessie aparecieron en la casa cerca de las 14 pm. No hable mucho con Bella, pero si con Nessie.

-¿Cómo está Row?- me pregunto, sentándose a mi lado en los escalones de la entrada. Necesitaba tomar un poco de aire. Tantos vampiros juntos irritaban mi nariz.
-Al menos ya tiene color en sus mejillas.- dije sonriendo levemente.
-Esas son buenas noticias.- en sus ojos note un sentimiento que no mostraba su sonrisa.
-¿Sucede algo? ¿Te sientes bien?- le pregunte. Ella me miro de inmediato y frunció su ceño.
-¿Quieres caminar un poco?- ¿Una pregunta como respuesta? Es obvio que algo le sucedía.
-Claro, porque no.- respondí colocándome de pie. –Me hará bien estirar un poco las piernas.- ella se coloco de pie y sonrió un poco, sin ganas. Nessie y yo éramos muy buenos amigos. Nos contábamos cosas que, tal vez, no lo comentábamos con nadie más. Era una relación de confianza plena lo que teníamos, y se debía más que a nada por el hecho de que la había visto crecer y porque ella me consideraba su único amigo.

Habíamos caminado un largo trecho atravez del bosque, en un completo y largo silencio. Aun ella fruncía el ceño y fulminaba con la mirada el suelo mientras caminaba, como si no entendiera o le molestara algo en particular.

-¿Qué sucede contigo, Nessie?- coloque mi brazo izquierdo en sus hombros y sonreí un poco mirándola. –Estas muy callada, y eso es algo inusual en ti.- relajo su rostro y me miro.
-¿Tanto se me nota?- murmuro suspirando.
-¿Qué sucede?- ella se detuvo en seco y se coloco en frente de mí.
-Sé que puedo confiar en ti, Seth. Sé que no le dirás nada a Jake, y no debes hacerlo. Por favor.- hablo rápidamente y suplicante.
-Ness… Ness… tranquila… Respira…- coloqué mis manos en sus hombros, tratando de calmarla. –Me estas asustando Nessie… ¿Qué sucede? ¿Qué te tiene así, en este estado?- ella suspiro y bajo su mirada al suelo. Estuvo unos minutos así, hasta que volvió a mirarme…
-Te lo mostrare.- susurro, y extendió sus manos colocándolas en mis mejillas. Ella nunca había utilizado su poder conmigo. Para ella era más fácil hablarlo, conmigo a solas, que usarlo.

Las imágenes eran claras. Imágenes de Bella y Edward discutiendo sobre algo relacionado con un secreto que Edward no quería compartir con ellas. Imágenes de ella y Jacob, también discutiendo, una y mil veces. Ninguna de las dos imágenes llegaba al límite de la separación, pero si al límite de dejar un sabor amargo en sus bocas y un montón de preguntas sin respuestas. Las dos discusiones tenían un mismo punto en común… Row. Y aunque a ella le doliera saber como había terminado lo relacionado entre Sam y Row, no podía entender el porqué ella era el motivo de discusiones interminables entre ella y Jacob, y entre sus padres.

-Se que Row nunca querría eso.- susurre mirándola. –Row no quiere lastimar a nadie.- asegure.
-Lo sé, lo sé… pero no puedo… evitar sentir… esto que siento.- dijo, volviendo a fruncir el ceño.
-¿Sentir que Nessie?- y volvió a colocar sus manos en mis mejillas. Esta vez, eran imágenes de Jacob mirando a Row, hablando con Row, discutiendo con Row, reconciliándose con Row, riendo con Row… siendo dulce y tierno con Row… Aparte sus manos, sabiendo lo que ella sentía ante esto… celos. Me alegraba saber que no era el único que no entendía el porqué de ese sentimiento. Ella volvió a colocar sus manos en mis mejillas, y esta vez era Edward haciendo lo mismo que Jacob. Luego Emmett… luego Jasper… Carlisle…y por último, Fred. –No es algo que ella pueda manejar.- murmure. –Se debe a ese…. magnetismo… que ella posee.- dije sonriendo amargamente. Volviendo a apartar sus manos de mis mejillas. –Conoces a Row, Ness… Ella no quiere ocasionar problemas. Solo vino para conocer su pasado, y a Sam.
-Y todos sabemos ahora como termino.- dijo en un tono triste. –Aun no entiendo cómo es que Sam reacciono así… atacándola.
-Ni yo.- suspire pesadamente. –Ness, puedes quedarte tranquila… Row no vino a separar parejas, ni a ponerlas en contra. Ella no es un monstro.- le regale una sonrisa. Ella asintió y me devolvió otra sonrisa, evitando reír ante mi frase burlona. Pero sabía que era así. Row es una buena persona, con un corazón inmenso y puro… Un ruido en los arbustos, nos alerto de la presencia de alguien y ambos miramos en la dirección de que provenía. Era Alice.
-¡Aquí están!- dijo sonriente. –Los he buscado por todos lados.- se acerco a nosotros, mientras Nessie bajaba sus manos. –Esme preparo algo de comida para que cenen tu y Jacob, antes de que se marchen.- dijo mirándome. –Carlisle dijo que tienes que alimentarte y no puedo estar más de acuerdo con él.
-Y yo estoy con ellos.- dijo Nessie mirándome, sonriente, algo más relajada. –¡Seth, te ves horrible!- ambas se echaron a reír, y yo baje la mirada avergonzado.

La cena duro lo necesario, y llegada la hora de partir, todos se encontraban en el salón principal, serios y en silencio.

La noche estaba agradable, solo una briza leve recorría el lugar donde, dentro de minutos, se produciría el juicio. Todos estaban presentes: mi madre, Rachel, Emily, el viejo Quil, Billy, Kim, la manada de Sam y, obviamente, Sam. Mis ojos se clavaron en él en cuanto lo vi. Su aspecto era rígido, apartado de todos y con los ojos fijos en el fuego de la fogata. Era difícil saber que sentía o pensaba, lo ocultaba muy bien bajo ese aspecto suyo.

Billy, el viejo Quil y mi madre, se acercaron al fuego y mientras los dos hombres se acomodaban, mi madre –de pie- miro a Carlisle e hizo un gesto con la mano para que se acercara también al fuego. Y este lo hizo, mirando fijamente a los tres únicos líderes del consejo.

Mientras mi madre tomaba asiento en un viejo tronco, el viejo Quil aclaro su garganta y pregunto…

-¿Sabe el motivo por el cual está aquí presente?
-Si.- respondió asintiendo. –Quieren conocer lo que Row es.- el viejo Quil lo miro como si las palabras escogidas por Carlisle no hubieran sido las que él utilizaría, pero asintió totalmente serio.
-Y dígame… todos queremos que nos responda la pregunta más importante de todas… ¿Corremos peligro con presencia aquí en la reserva y en Forks?- todos sabíamos y éramos consientes de que no se refería a la presencia de Carlisle y Fred, sino a la de Row.
-No, no corren ningún peligro con ella aquí.- dijo Carlisle muy convincente y seguro de sus palabras.
-¿Cómo puede estar tan seguro de eso, doctor Cullen? ¿A caso la conoce tan bien como para poner sus manos en el fuego por ella?- la voz del viejo Quil era dura y mordaz. Buscaba un punto de quiebre, un momento de duda por parte de Carlisle, algo que le diera a conocer que Row era peligrosa.
-Sí, lo haría.- contesto. –Fui testigo de su progreso y desarrollo. Row es diferente y única en su clase.
-¿Diferente y única? ¿A qué se refiere con eso?- ni el viejo Quil ni los demás presentes, le quitaron los ojos de encima a Carlisle. Solo Sam no lo miro; en ningún momento levanto su mirada ni hacia Carlisle ni hacia ninguno de nosotros. ¿Por qué? ¿A caso se sentía culpable? Porque lo era. El era culpable de que Row se encontrara como se encontraba, y de que estuviéramos aquí, realizando un juicio por lo que ella era, sin que pudiera ni tuviera la oportunidad de defenderse.

Carlisle explico y expuso, lenta y pausadamente, lo que Row era, y lo hizo en su clásico tono medico. Para nosotros era común y ya formaba parte de nuestros conocimientos, pero para el resto de los presentes, que dejaban entrever en sus rostros la sorpresa.

Luego, el silencio se hizo presente por unos minutos…

-Hibrida.- murmuro el viejo Quil, algo pensativo. –Es decir que, al poseer un lado vampírico, se alimenta de sangre.- acuso. Un calor recorrió mi espalda. Calor de ira y enojo. Enojo ante sus palabras y acusación.
-Solo de sangre de animales.- salió en defensa Fred, ganándome de mano. Todos los ojos de los presentes se fijaron en él, al momento que él dio un paso colocándose al lado de Carlisle. Incluso Carlisle lo miro sorprendido.
-Y usted es…- el viejo Quil lo miro algo molesto por la interrupción.
-Su nombre es Fred.- contesto Carlisle por él. –Él es el testigo más fiel sobre el autocontrol de Row. Cuido de ella desde su conversión.- dijo colocando su mano izquierda en el hombro de Fred. Sam alzo su mirada por primera vez desde que el juicio empezó, y la fijo directo en Fred. En sus ojos brillaba la sorpresa, pero también algo más ¿pero qué?... ¿Odio? ¿Horror? ¿O solo la simple sorpresa que ya había detectado?
-¿Fue usted quien la convirtió?- pregunto el viejo Quil, mirando fijamente a Fred.
-No.- contesto fríamente Fred.
-Quien lo hizo ya está muerto.- explico Carlisle.
-Así que usted es testigo de su alimentación.
-Así es.- contesto sin rodeos.
-¿Intervino en eso?
-No.- dijo. –Yo solo la vigilaba y protegía desde la distancia. Row aprendió sola a alimentarse. Le repugna matar gente inocente por su sangre.
-¿Pondría sus manos en el fuego, asegurando eso y el hecho de que ningún habitante de la reserva ni de Forks corre peligro con su presencia?- pregunto de inmediato el viejo Quil.
-No solo mis manos.- contesto seguro. –También mi vida.- y mis ojos se fijaron en él de inmediato. ¿Su vida? ¿Tanto le importaba Row?... ¿Qué sentía él por Row?... Todos lo quedamos mirando ante sus palabras. Nadie, ni siquiera Carlisle, entendíamos el vínculo que poseía Fred por Row. ¿A qué se debía? ¿Por qué ambos arriesgaban sus vidas el uno por el otro?
-¿Usted sabia el motivo por el cual Row se hizo presente aquí en Forks?
-Si.- contesto fríamente. –Él fue su motivo.- miro a Sam. Ambos se miraron, y en sus ojos solo había odio. Odio que hicieron sentir, cargando el ambiente con él.
-¿Y no hizo nada para impedirlo?- el viejo Quil seguía buscando un punto de quiebre, siendo mordaz con sus palabras.
-Varias veces.- contesto Fred, con su voz llena ¿de qué? ¿Culpa? –Pero su motivación por él era más fuerte que cualquier racionalización de peligro.- su voz se endureció al decirlo y volvió a fijar sus ojos en Sam.
-¡¡¡Debiste llevártela lejos!!!- dijo Sam, con toda su voz cargada de odio. –¡¡¡No debiste dejar que ella se quedara aquí!!!- dio un paso hacia adelante, pero rápidamente Paul y Jared lo sujetaron por sus brazos.
-¡¡¿Qué pretendías que hiciera?!! ¡¡¿Lastimarla como tú lo hiciste?!!- Carlisle coloco su mano en el hombro de Fred, al ver que este dio un paso hacia adelante. –¡¡Ella estaba ciega y solo quería conocerte a ti!!- gruño Fred.
-¡¡No debiste dejar que se quedara!! ¡¡Esto es peligroso para ella!!- grito Sam.
-¡Si, eso lo dejaste bien en claro!- dije, colocándome a la par de Fred. Mis palabras hicieron su efecto en Sam, lo lastimaron en lo más profundo de su ser tal cual o incluso más de lo que él la hirió a Row, y no pude evitar sentir un poco de placer al notar ese efecto en él. Sam bajo su mirada y se libero de las manos de Paul y Jared, con el dolor y la culpa en sus ojos.
-¡¡Ya basta!!- dijo Billy. –Row es parte de nuestra familia, y por lo tanto de nuestro mundo. No nos reunimos aquí para juzgar los errores del pasado, porque lo sucedido entre ella y Sam forma ya parte del pasado, y de eso no se hablara mas. Es un tema que solo los involucra solo a ellos, y solo ellos lo hablaran en privado, si así lo desean.
-Billy tiene razón.- mi madre se puso de pie y fijo sus ojos en mi, con cierto aire de reproche ante lo que había hecho y dicho. Sabía que después, terminado este juicio, me había ganado un muy buen sermón. –Nos reunimos aquí para conocer más acerca de lo que Row es y dar tranquilidad a aquellos que no lo saben, y no para poner trapitos al sol de los errores cometidos ya en el pasado.- enfatizo las últimas palabras con mayor tono de su vos seria y calmada. –Y ahora que sabemos lo que Row es, ambas manadas pueden seguir haciendo su mejor trabajo, que es proteger a la reserva y a Forks de enemigos externos.- el silencio volvió a hacerse presente mientras, por primera vez en toda la noche, el viejo Quil asentía ante las palabras de mi madre. ¡Qué raro! Estaba seguro que él estaba en contra de permitir que Row permaneciera aquí. O al menos eso mostro toda la noche, al hacer preguntas duras a Carlisle y Fred.
-¿Hay algo más que tengas que compartir con ellos sobre Row?- pregunto Billy mirando a Carlisle. –¿O alguna pregunta que quieras hacernos?
-Bueno, a decir verdad, quisiera saber qué sucederá con ella de ahora en más con ustedes. ¿Qué medidas tomaran contra ellas?
-Bueno…-inquirió el viejo Quil. –Dado a que nos has informado sobre sus dones especiales, y manteniendo la teoría de que rompe todo tipo de unión, será ella quien decida sobre si desea formar parte de una de las manadas o bien ser ella sola. En cuanto a lo demás, Row llevara la marca Quileute y se le respetara su presencia aquí en la reserva, como se los respeta a todos los miembros de las dos manadas.- no pude evitar sonreír. Eso quería decir una sola cosa: Row no tendría que marcharse. Podía quedarse. Todos suspiramos aliviados y sonreímos ante esta noticia. Todos excepto Sam, quien volvió a bajar su mirada con gran pesar.
-¿A qué dones especiales se refiere?- dijo Collin, con aire pensativo y tardío, lo que nos hizo reír a todos.
-Ya lo veras por ti mismo.- contesto Jacob mirándolo.
-¿Qué pasara con lo otro? Con nuestros visitantes.- Carlisle fijo sus ojos en Billy. ¿De qué hablaba Carlisle? ¿A qué visitantes se refería?
-Llegado el momento lo hablaremos, Carlisle.- contesto Billy, devolviéndole la mirada, con voz seria. –Por ahora, hay que rezar porque Row despierte.- Carlisle asintió y sonrió de lado.
-¿Qué pasara con él?- pregunto fríamente Fred, señalando con su cabeza hacia Sam, quien alzo sus ojos y lo miro. –¿Es que el no recibirá un tipo de castigo por lo que le hizo a Row?- gruño.
-¡Fred!- Carlisle apretó el hombro de Fred en forma de reprenda.
-No. Fred tiene razón.- dije mirándolo de pasada a Carlisle y luego a Sam. –Casi mata a Row.- dije fríamente.
-¡Seth!- dijo Jacob, con voz de alfa, y tuve que callarme.
-¡¿Cómo puedes decir eso?!- replico Emily, asombrada ante mi reacción. –¡Él no sabía sobre Row, ni lo que era!- se encamino hacia él, colocándose a su lado, como protegiéndolo. Sam bajo la mirada de nuevo, y por primera vez, pude ver algo de dolor en su postura. “¡Que sínico! ¿Ahora le afecta? ¿Después de que casi la mata?”, pensé internamente enfurecido.
-Él ya está siendo castigado.- dijo Billy. –Cargara en su conciencia lo que hizo y el daño que ocasiono… Solo Row podrá o no perdonarlo.- Emily abrazo a Sam pero este a ella no. Fred siseó bajo antes las palabras de Billy, se giro y desapareció en el bosque nocturno. Conocía su odio, porque yo también lo sentía.

Terminada la “reunión” –termino que ahora usaba mi madre-, Carlisle se marcho enseguida para poder seguir controlando medicamente a Row. El resto de nosotros, tuvimos que quedarnos un poco más para informar los progresos sobre el estado de Row y sobre cómo se actuara de ahora en más que Row ya formaba parte de la tribu Quileute.

Mi madre me aparto de Jacob, Leah, Quil y Embry, y como había predicho, me regaño y sermoneó por mi actitud. Me quede callado, dejando que ella hablara y pensando en que en parte tenía razón. Era la primera vez que actuaba así delante de todos, pero ella no sabía cuán importante se había vuelto Row en mi vida. Y ante eso, ella no podía hacer nada. Nadie podía hacer nada.

Unas horas más tarde, Jacob y yo regresamos a la casa Cullen. Todos los allí presentes lucían algo alterados y tensos…

-¿Sucede algo? ¿Row está bien?- pregunto Jake al darse cuenta de que todos nos observaban.
-Ella está bien.- contesto Esme. –Aun sigue estable.- suspiro y miro en dirección a las escaleras. –Es Fred quien nos preocupa.
-¿Fred?- pregunte sorprendido. ¿Por qué les preocuparía él? Alice asintió y al mirarla note que Jasper, Emmett y Edward no estaban. ¿Pero donde estarían?
-Carlisle tuvo que llevárselo fuera por unos momentos. Al parecer, algo en ese juicio altero a Fred y…- trago saliva. –Trato de llevarse a Row de aquí.
-¡¡¡¿Qué?!!!- mi voz y la de Jake se unieron en la misma pregunta.
-Carlisle logro convencerlo, diciéndole que si se la llevaba Row no sobreviviría.- ella miro hacia las escaleras y suspiro. –Por lo que ahora, Carlisle, Jasper, Emmett y Edward están con él arriba.- volvió a mirarnos. –Dijo que no se moverá de la habitación hasta que ella despierte, y que una vez que lo haga se la llevara lejos.- su voz se quebró al terminar la oración.

Mire a Jacob, y él se giro saliendo de la casa. No sabía dónde o que haría él, pero yo si lo sabía. Subí las escaleras, dirigiéndome directo hacia la habitación en la que Row se encontraba, sin mirar hacia atrás y lo más rápido que mis piernas me dejaban. Las muy malditas se pusieron a temblar ante la idea de que Fred podía llevarse a Row lejos de aquí, lejos de mi…

Reprimí esa idea y, al entrar a la habitación, Emmett y Jasper se encontraban de espaldas a cada lado de Fred, quien también lo estaba. Edward y Carlisle se encontraban del otro lado de la camilla, el doc. cambiando otra bolsa de sangre y Edward muy atento a Fred, controlando sus pensamientos, tenso. Y en cuanto lo mire, el me devolvió la mirada, pero sin que los otros tres que estaban de espaldas se dieran vuelta a verme.

-Creo que ya somos muchos en la habitación.- dijo Carlisle, al notar mi presencia. Emmett y Jasper se giraban levemente a mirarme, sus rostros mostraban tensión.
-Él puede quedarse.- dijo Fred, sin girar a verme. –Solo él, nadie más.- Carlisle asintió y miro a Emmett y Jasper, quienes salieron de la habitación lentamente. Dudoso, me acerque hacia el costado derecho de Fred. Sus ojos estaban cerrados y sus brazos cruzados sobre su pecho.
-Edward ¿me acompañas?- murmuro Carlisle, mirándolo. Edward fulminaba con la mirada a Fred, de seguro por lo que él pensaba.
-“No dejaremos que se la lleve”.- pensé mirándolo. –“Jacob está afuera con Quil, Embry y Leah. No dejaremos que se marche con ella así”- Edward me miro de reojo y pestañeo en forma de aceptación y comprensión, luego de un largo momento de silencio. Y aunque tardo en reacción ante el pedido de Carlisle, lo hizo, dejándonos a Fred y a mí, solos.

Row seguía mostrando aquel rubor que cubría sus mejillas, seguía irradiando en su quietud aquella serenidad, aquella paz… belleza pura. ¿Cuánto tiempo la había mantenido Fred desconectada de las maquinas? ¿Cuánto tiempo la mantuvo a la intemperie y en sus brazos, sabiendo el riesgo que ello conlleva? No pude evitar hacerme esas preguntas. Lo que hizo Fred fue estúpido e irresponsable, ¡¡puedo haberla matado!!

Mi enojo crecía en mi interior, haciendo que apretara mis puños a ambos lados de mi torso. Estaba por estallar y enfrentarlo. ¿Cómo pudo haberle hecho esto a Row? Ponerla en peligro de tal manera…

Cuando estaba por estallar y enfrentarlo por su estúpida e irresponsable accionar y determinación, él suspiro lentamente y hablo, luego de un silencio que pareció eterno…

-Solo quiero protegerla, Seth.- dijo, e inmediatamente mis ojos se clavaron en él. –Solo quiero que ella este a salvo, protegida.- abrió sus ojos y se posaron en Row, evitando mi mirada. En ellos, pude ver como se debatían el dolor y el autocontrol por mantenerse inexpresivo y frio. Suspire para calmarme, aunque ya lo había hecho ante su confesión llena de calma y dolor. Él solo quería lo mismo que yo… proteger y mantener a salvo a Row, sin importar el costo de ello.
-Row está a salvo aquí, Fred.- volví a mirarla. –Carlisle está haciendo un buen trabajo manteniéndola con vida, solo queda esperar que ella despierte. Y en cuanto a protección se refiere… bueno… Row tiene más guarda espaldas que el propio presidente.- dije en tono burlón, pero cierto, mirando a Fred. Él dio un bufido, como conteniendo una risa inoportuna, y curvo sus labios en forma de una leve sonrisa.
-Lo sé.- dijo mirándome. –Y se que ella se pondrá muy contenta de saber que es muy querida aquí por todos.
-Es más que eso, Fred.- mire de nuevo a Row. –Ella es especial, diferente… única.- Y lo era. Row era más que una simple y fuera de lugar hibrida con poderes increíbles y temidos. Ella podía ver mas allá de los monstros que éramos, hacernos sentir normales… Vi un leve asentimiento por parte de Fred ante mis palabras. –¿Te puedo hacer una pregunta?- inquirí mirándolo fijo. Él asintió una vez y cruzo de nuevo sus brazos sobre su pecho, totalmente serio. –¿Por qué quisiste que solo yo esté aquí? Pensé que me odiabas por haber ayudado a Row a acercarse a Sam.
-No te odio, Seth.- dijo relajando su postura. –Lamentablemente, nadie podía evitar que ella quisiera acercarse a él, ni siquiera yo. Y si lo permití, fue en parte porque sabía que tú la protegerías.
-¿Es que no lo ves?- dije amargamente, mirando a Row de nuevo. –Si no la hubiera apoyado en su locura de querer acercarse y conocer a Sam, esto no hubiera pasado.- mi voz se estaba quebrando, y lo empeoraba mas el verla aun inconsciente. –Ella estaría sana, feliz.- susurre.
-Hay reacciones que uno nunca puede manejar ni predecir con anterioridad. Y esta noche tú lo descubriste, reaccionando en defensa de Row.- al oír esto, volví a mirarlo. –Fue por eso que quise que solo tú estuvieras aquí. Le diste a Row algo que yo no pude, y es un atisbo de visión de cómo hubiera sido su vida si su padre hubiera dado a conocer de su existencia, de haberse jugado por presentársela a Sam y criarlos juntos. Le diste el mayor regalo, Seth, el de poderse sentir ella un poco humana y en familia.

Nuestra conversación termino allí, y los dos nos quedamos en completo silencio, protegiendo la quietud y serenidad de Row aun inconsciente, el resto de la noche.

Los días corrieron con rapidez, volviéndose rápidamente en semanas, y luego en meses. Fred estableció que solo yo – y Carlisle en calidad de medico- podamos permanecer en la habitación. El resto, solo contaba con unos minutos en calidad de visitantes. Esta idea molestaba a Jacob y a Edward, pero no hicieron nada para cambiarla. Se apegaron a ella, como el resto.

Durante los días que siguieron corriendo, se había determinado una rutina: Esme, Alice y Rosalie, entraban en la habitación para higienizar y cambiar las ropas –tanto de cama como las de Row-; Carlisle entraba y cambiaba las bolsas de sangre, controlaba las maquinas y curaba de las heridas ya casi sanadas, y luego nos daba, en primer lugar, el parte médico.

Yo también me apegue a una rutina. Bajaba solo a comer o caminar un poco por el bosque –nunca tan lejos de la casa ni por más tiempo que 30 minutos por día-, llamaba a mi madre para asegurarle que estaba bien y que me estaba cuidando, dormía solo cuatro horas por día, pero sin salir de la habitación. Nunca dejaba a Row más de 30 minutos. Ni siquiera Fred… bueno… él nunca se movió más que para cambiar de postura en la habitación. Sus ojos ya mostraban los indicios de la sed que sentía.

Todas nuestras vidas se vieron obligadas a cambiar después de lo que le sucedió a Row, tanto dentro de la casa Cullen como fuera.

Solo vi dos veces a los chicos de Sam, y esto fue atravez del gran ventanal de la habitación. Solo venían a saber cómo seguía ella. Y en cuanto a Sam… bueno… ese es otro caso. Luego de la reunión y durante dos semanas, Sam merodeo por los alrededores de la casa Cullen, en forma de lobo; luego, de solo estar, desapareció. Nadie supo donde fue, ni siquiera Emily, a quien dejo sola y sin decir adiós. Ella quedo destrozada con esto.

Desde entonces, no he parado de preguntarme si tanto es la culpa que siente el por lo que hizo. Y mi respuesta siempre fue sí. Aunque había otras que me hacían dudar. ¿Significaba que la quería y la aceptaba como su hermana y miembro de la tribu? ¿O simplemente era para pensar y planear sus próximos pasos? ¿Su próximo ataque, quizás?

Tuve que reprimir en mi cabeza aquellas preguntas y sus posibles respuestas. Después de todo, Fred tenía razón: hay reacciones que uno no puede manejar ni predecir, pero fuera cual fuera la de Sam, estaré preparado. No permitiré que Row vuelva a ser lastimada.

Cuatro meses pasaron, y Row solo presento un cambio más a parte de su temperatura. Comenzó a respirar por sí sola… Esto nos lleno de más tranquilidad y a la vez impaciencia por su despertar.

Fred no soporto mucho mas su sed, y un domingo por la noche, tuvo que salir de casería, dejándome solo por primera vez con ella. Un montón de preguntas volvieron a surgir en mi mente. ¿Qué sucederá en cuanto ella despierte? ¿Cómo tomara la noticia de que Sam se marcho sin decir a donde? ¿Se quedara? ¿O saldrá en su búsqueda? De ser así ¿querrá decir que lo perdonara? ¿O se quedara aquí, temiendo a Sam? Odiándolo por lo que le hizo. Eran preguntas que –como una vez me dijo Edward- solo ella podría responder.

Minutos después de que Fred se fuera –y mientras me hacia las preguntas-, Jacob entro en la habitación…

-Seth, tenemos que ir a la reserva. Reunión de última hora.- su voz no estaba siendo sugerente, era más una orden. Lo mire y mire a Row después.
-¿Y Row con quien quedara?
-Los Cullen se encargaran de su protección. Vamos.- salió de la habitación, y segundos después, lo seguí.

¿Y ahora…? ¿De qué iba esta nueva reunión?...

Como dije, muchas cosas cambiaron desde que Row esta inconsciente.

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