jueves, 25 de agosto de 2011

Capitulo 12: Un secreto revelado.


No podía estar tranquila. No sin saber si Fred había logrado huir de esos lobos.

La casa comenzó a asfixiarme. Necesitaba salir. Así que, tome las llaves y, sin chaqueta, salí. Pero al abrir la puerta…

-¡Woo…! Debemos dejar de encontrarnos así.
-¡Jacob!- inconcientemente lo abrasé. Sentía muchas ganas de llorar, pero me contuve. No quería que se preocupara, no más de lo que ya lo estaba. También me ahorraría una explicación del por que estaba llorando.
-¿Ibas algún lado?- rió sorprendido por mi reacción.
-Lo siento.- lo solté y baje la mirada avergonzada. Sentía arder mis mejillas.
-No puedo creer que Rachel te haya dejado sola.- miro hacia adentro de la casa. Todo estaba en un profundo silencio. –Me sorprende más de mi padre.- rió algo molesto por el hecho.
-Es mi culpa.- me moví hacia un costado para que pasara. –Salí a correr hoy hasta la playa y…- me interrumpió.
-¿Qué?- sentía como me miraba fijo. -¿Cómo que saliste a correr? ¿Sola? ¿Saliste sola?- sus manos comenzaron a temblar.
-Emmm… si.- dude ante la respuesta. –Lo hago desde hace un mes.- me aleje de el un poco. -¿Estas bien?- su reacción me asusto un poco. Pero tanto como para huir de el.

El tardo en contestarme.

-Si.- suspiro pesadamente, cerrando sus ojos y apretando sus puños. –Estoy bien.- sonrío a medias y me miro de reojo.
-Ok.- fue todo lo que pude decirle en ese momento.

Nos envolvió el silencio de la casa por unos minutos.

-Row…lo…- sonó el teléfono de nuevo. Y volví a asustarme.
-Contesta.- susurre. Me gire y salí de la casa, sin esperar a que terminara de hablar.

Pude oír los pasos de Jacob adentro; también el momento en el que levanto el tubo y contesto. Pero mi conciencia estaba en otra cosa, o mejor dicho, en otra persona.

Fred.

Todo en mi cabeza giraba entorno a el.

“Debí quedarme con el”, pensé mientras apretaba mis puños para contener mis lagrimas.

La imagen de lo sucedido rondaba en mi cabeza, imaginando todas las posibles variables de lo que paso después de mi huida.

Recordar a los lobos, hacia que todas las posibles variables se redujeran a una sola. A la única en la que me negaba a pensar. A la única que temía que fuera cierto.

Ver a esos 4 lobos enormes, ver cada par de ojos, sus dientes afilados, sus pelajes erizados en la parte posterior de sus lomos, ver lo furiosos y peligrosos que eran solo hacían mas factible esa variable.

Y lo confirmaba aun más el hecho de que Fred no se había comunicado conmigo. No había señal, ni signos de que fuera todo lo contrario. De que Fred había huido vivo de ellos. De que se encontraba a salvo y lejos de aquí. Pero por sobre todo, no me confirmaba que no había muerto.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al pensar en esa variable. Y los cerré con fuerza para borrarla de mi cabeza.

“Ni siquiera lo pienses. No le paso nada. El se fue y esta bien. Esta bien y a salvo lejos de aquí. Después de todo, el tiene su don ¿cierto? Lo salvo su don. Uso su don contra ellos y huyo. El no esta muerto. No lo esta”, pensaba en un intento de borrar esa idea de mi mente mientras apretaba mas mis puños y cerraba mis ojos con fuerza. “Esta vivo Row. Lo esta”, repetía una y mil veces en mi interior.

Abrí mis ojos y seque las lágrimas que habían escapado de mis ojos. Respire profundo, en un intento de no llamar más la atención de Jacob –quien seguía al teléfono-.

Me senté en las escaleras y volví mi concentración al presente, a lo que me rodeaba en ese preciso momento.

-Si. La llevare conmigo.- la voz de Jacob era algo mas baja. –Al parecer necesita distraerse un poco.- ¿con quien hablaba? Me había perdido gran parte de la charla por dejarme llevar por mis pensamientos.
-Será bienvenida.- ¿Emily? ¿Era ella?
-Gracias Em.- si, era ella. –Estaremos allí en unos minutos.- ¿en donde? ¿A dónde pretendía llevarme Jacob?
-Bien, los esperaremos.- Ambos colgaron al mismo tiempo.

Escuche los pasos de Jacob dirigirse hacia donde yo me encontraba; se sentó a mi lado, mirando hacia el bosque, quedándose un minuto en silencio…

-Lo siento.- suspiro. –No debí reaccionar así.- pude sentir su mirada en mi.
-No tienes por que disculparte.- concentre mi mirada en las llaves de mi auto, que tenia en mis manos. –Esta todo bien.- jugaba con ellas sin mirarlo a el.

…Nos mantuvimos en silencio otro minuto…

-Era Emily.- sonrió a medias. –Hoy es el cumpleaños de Claire, su sobrina.- no dije nada, solo asentí sonriendo a medias, sin mirarlo aun. –Todos están invitados.- me miro.
-No la conozco.- lo mire fijo.
-Es una buena oportunidad para que lo hagas.- sonrió. ¡Agg, odiaba que sonriera de esa forma! –Además, Emily quiere conocerte, al igual que el resto de los chicos.- rió un poco. –Espera aquí.- se incorporo y corrió hasta el garaje. Me quede mirándolo, aun sentada en las escaleras.

Dos minutos después, salio con una moto. Era la misma a la cual me monte el día que huí. Fue el mismo día que fui rescatada y cuidada por Fred.

Suspire ante aquel hecho, ante aquel recuerdo.

Sentí un dolor en mi pecho al recordar aquel día. Pero en especial, por recordar a Fred.

-Veo que la recuperaste.- sonreí a medias mientras me incorporaba.
-¡Sip!- se detuvo frente mío y se monto en ella. –Un amigo mío la encontró y me la devolvió.- sonrió. -¿No sabias que estaba aquí?- me hizo señas con la cabeza para que me subiera.
-No.- reí a medias y me acerque.
-¡Estuvo aquí todo el tiempo! ¡¿Cómo es que no te diste cuenta?!- me entrego un casco y rió. Yo solo levante mis hombro como respuesta de no saber por que.
-No lo se.- intente reír y agarre el casco. –Supongo que estaba mas concentrada en todo lo que recordé.- el solo asintió y sonrió.
-¿Lista?- me monte a la moto y lo sostuve por su cintura.
-Si.- sonreí. Arranco la moto y nos fuimos, dejando atrás la casa.

Su piel estaba caliente, muy apresar que mis manos estaban por encima de su sudadera color gris.

Al parecer, no sentía el frío viento que nos golpeaba. No había signos de que así fuera. Y el debía preguntarse lo mismo por mi, dado a que no llevaba mi chaqueta, solo una sudadera de mangas largas negra.

No tardamos mucho en llegar a casa de Emily. No al menos, con la velocidad a la que condujo Jacob. Solo fue cuestión de unos minutos, tal cual se lo había dicho a Emily.

-¡Llegamos!- dijo en un tono algo alegre.

La casa no era tan diferente a la de Billy. Al menos, no en el color. Algunas plantas adornaban la entrada de la misma. Y el olor que emanaban, junto con el distinguido olor que tanto me gustaba, hacían del lugar algo más especial. Más mágico. Más familiar.

Jacob arrastro la moto unos cuantos metros, mientras yo caminaba a su lado, sosteniendo aun el casco.

-¡Espera!- me detuve y lo mire fijo.
-¿Qué sucede?- me miro y aparco la moto, sacando el casco de mis manos y colocándolo en el manubrio de la moto.
-No puedo entrar allí.- rasque un poco mi cabeza y sonreí a medias. –No sin un regalo para Claire.
-No te preocupes.- rió y coloco su brazo en mis hombros, incitándome a seguir caminando. –Ella no se preocupa tanto por los regalos.- me miro y sonrió. –Relájate. Les agradaras.
-Eso espero.- suspire y sonreí a medias mientras caminábamos hacia la casa, con su brazo aun en mis hombros.

Mientras subía las escaleras del porche, tome una bocanada de aire, en un intento de parecer mas relajada. Y en cuanto lo hice, la mezcla de olores me envolvió y no pude evitar sonreír ante el placer que sentí.

-¡Jacob! ¡Row!- la voz de Rachel hizo que reaccionara y que volviera a tierra. Abrazo a su hermano con fuerza y sonrió. -¡Que alegría que hayas vuelto!- le susurro a su oído. Me que mirándolos desde la puerta.
-¿Y perderme el cumpleaños de Claire?- rió y nos miro a ambas. –que apropósito ¿Dónde esta?- la busco con la mirada.
-No esta aquí.- una mujer se acerco sonriendo hacia el. –Quil se la llevo un rato a la playa mientras terminamos de ordenar todo.- lo abrazo fuerte. –Me alegra que volvieras. Se te extrañaba por aquí.- sostuvo su rostro para mirarlo.
-Es bueno saberlo.- sonrió.
-¿Es ella?- los tres, Jacob, Rachel y la mujer me miraron sonriendo.
-Sip.- Jacob se acerco y volvió a rodear mis hombros con su brazo para que me acercara a ella. –Emily, quiero presentarte a Row Mcfilson.- me señalo y luego me miro. –Row, ella es Emily Young.- la señalo.
-Hola.- extendí mi mano hacia ella.
-Es un placer conocerte al fin.- tomo mi mano y sonrió.

Me agradaba el color cobrizo de su piel. Su pelo negro brillante hacia que resaltara aun más.

Me quede mirándola un buen tiempo.

Irradiaba tanta paz y tanto amor, que hizo que desapareciera cualquier signo de nerviosismo por saber si seria o no bienvenida, o si les agradaría.

-Un pequeño accidente.- me dijo sonriendo. –Espero que no te incomoden.
-Lo siento.- solté su mano y baje mi mirada. -¿Incomodarme? ¿Qué cosa?- volví a mirarla, pero esta vez no tanto.
-Mis cicatrices.- sonrió a medias.

No lo había notado hasta que ella las nombro.

Ellas cubrían en lado derecho de su bello y hermoso rostro. Y, al parecer, no terminaban allí.

-Lo siento. No quise incomodarte.- le dije apenada.
-Esta todo bien. Ya estoy acostumbrada a llamar la atención.- sonrió.
-No eran tus cicatrices lo que miraba.- la mire algo avergonzada. –Fue el brillo en tus ojos lo que me llamo la atención.- sonreí a medias. –Me recordaron a mi madre.- mire a Jacob y luego al piso. Me sentía tonta, estupida, al compararla con mi madre.
-Lo siento mucho.- se acerco y me abrazo. Su reacción me sorprendió un poco. No lo esperaba. Al menos no de Emily, a quien recién estaba conociendo, y de la cual no sabía mucho.
-¡Bien…!- Jacob interrumpió. -¿En que podemos ayudar?- Emily, Rachel y yo reímos.
-En nada.- Emily lo miro. –Esta todo listo para cuando regresemos. Tu padre y los del Consejo ya están allí.
-Creí que la fiesta seria aquí.- los mire sin entender absolutamente nada.
-¿No le dijiste?- Rachel miro sonriendo a Jacob.
-No.- los tres me miraron.
-¿Decirme que?
-A Claire le fascinan las historias de nuestra tribu.- me dijo Emily. –Y pidió si esta noche, como regalo, se la podían contar alrededor de una fogata y con todos los chicos allí.- rió.
-¿Historias?- sonreí intrigada.
-Si.- Rachel sonrió. –Son contadas por los mayores del Consejo.
-¿Consejo?- los mire a uno por uno esperando que alguno contestara.
-Si.- sonrió Jacob. –Mi padre, Sue Clearwater Y el viejo Quil Ateara lo conforman. Son como la autoridad de la reserva.- rió. –O mas bien los voceros.- miro divertido a Emily.
-Ah.- los mire a los tres.
-Hay muchas cosas que no sabes y que iras descubriendo con el tiempo.- me susurro Rachel.
-Ya lo creo.- reí y la mire.
-Será mejor que no vayamos ya.- Emily se giro y agarro una heladera portátil.
-Déjamela a mí.- Jacob corrió hacia ella y tomo la heladera. –Yo la llevare.
-¡Gracias! ¡Que caballero!- sonrió Emily.
-Yo llevare el pastel.- se ofreció Rachel y lo agarro.
-Eso nos deja como guías.- Emily me miro y sin dejar de sonreír, me tomo del brazo mientras nos dirigíamos hacia la salida.

A medida que nos acercábamos, pude oír las voces de Billy y Sue. Y otras voces que no reconocía. Como la risa de una niña, la cual asumí que seria Claire.

Alrededor de una gran fogata, se encontraban todos los invitados de Claire.

-¡Tía Emily!- una niña se acerco a Emily y la abrazo sonriente y feliz. Me separe de ellas, dándoles un poco de privacidad a su pequeña charla de sobrina- tía.
-Ven.- Jacob susurro al pasar, tomándome de los hombros de nuevo. –Es por aquí.- me miro y sonrío.

Dos pares de ojos se clavaron en mi persona al ver que me acercaba a la fogata. Y sabia quienes eran.

Embry y Jared.

Reí en mi interior al ver la gran sonrisa de Embry. El estaba, más que nadie, disfrutando de mi presencia allí, pero por sobre todo, disfrutando lo que mi presencia significaba esa noche. Pero, a Jared, no le hacia tanta gracias. Parecía molesto aun.

Decidí concentrar mi mirada en otro lado, aun causándome gracias la gran sonrisa de Embry.

-¿Quién es el hombre que esta sentado en medio de Sue y Billy?- le susurre a Jacob mientras nos sentábamos.
-Su nombre es Quil Ateara; el abuelo de Quil.- me señalo a un chico que estaba jugando a piedra, papel o tijera con Claire. –El es quien contara la historia esta noche.- me miro y sonrió.

El Viejo Quil Ateara –como solían llamarlo todos en la reserva- llamo mi atención. Era un hombre mayor y, aun con su pelo blanco por las canas y con su aspecto de ser un hombre frágil por la edad, infundía el respeto y la admiración en su sola presencia. Respeto y admiración que note en los ojos de todos los allí presentes. Pero aun más en su nieto Quil.

Levanto un poco su cabeza y aclaro su garganta para comenzar.

-Ya va a empezar.- susurro para mi Jacob.

Y así fue.

Todos alrededor, se mantuvieron en un respetuoso silencio y en una muy concentrada atención a cada palabra, gesto o mirada que hiciera el Viejo Quil. Era como si fuera la primera vez de todos los oyentes presentes.

La luna, sorpresivamente brillaba en lo alto del cielo estrellado, borrando toda posible lluvia de el.

Una brisa fresca nos envolvió a todos en la historia, haciéndola mas mágica, trayendo con ella el olor que tanto me gustaba. Pero trajo consigo algo más.

Recuerdos.

Concentre mi mirada en el fuego que chisporroteaba, lanzando hacia el cielo negro chispas de tonalidades rojas y anaranjadas.

No me llevo mucho tiempo en darme cuenta de que no era la brisa quien me hizo recordar, sino que fue la historia contada por el Viejo Quil.

La conocía.

Cerré mis ojos en un intento de ordenar aquellos recuerdos de mi infancia, de mi vida como humana, que me invadieron en ese momento.

Era la misma historia que Billy solía contarme cuando iba de visita con mi padre, solo que cambiaba el escenario.

Me deje llevar, tanto por la historia como por los recuerdos… y fue tanto lo que me envolvió, que el tiempo, y todo a mi alrededor, se detuvo.

Esto solo me confirmaba que había hecho bien en quedarme en Forks. Me confirmaba que estaba en el camino correcto hacia la búsqueda de mi hermano.

Rachel tenía razón en algo… Aun había muchas cosas que no sabia…

-Row, ¿estas bien?- la mano caliente de Jacob sobre las mías, hicieron que volviera a tierra. Cerré con fuerza mis ojos en un intento de concentrarme solo en la respuesta que debía darle a el.
-Si.- suspire y lo mire sonriendo. –Estoy bien.
-¿Segura?- me miro fijo.
-Si, Jacob. Segura.- sus manos ardían en mi piel. –Es solo que me deje llevar por la historia.
-¡Oh!- sonrió y saco sus manos muy lentamente.

Mire a mi alrededor y pude notar que tanto Billy, Sue y el Viejo Quil ya no se encontraban allí.

-No están aquí.- me susurro Jacob. –Están en casa de Emily.
-Que lastima.- lo mire y luego baje mi mirada. –Quería saludar a Sue y a Billy.
-Los veras allí en cuanto terminemos aquí.- sostenía en su mano un pequeño plato de plástico con un trozo de pastel, que luego extendió hacia mí.
-Ok…- sonreí y agarre el pequeño plato. –Gracias.
-No hay por que.

Todos alrededor disfrutaban de un buen trozo de pastel. Quil y Claire se debatían aun pequeño duelo de quien terminaría primero el suyo. Por supuesto, Quil dejo que Claire ganara. Quienes estaban a su alrededor, de los cuales solo reconocí a Jared y a Embry, festejaban el gran triunfo de Claire entre aplausos y gritos de ¡¡¡hurra!!!

Apartados del resto, nos encontrábamos Jacob y yo, que solo reíamos ante las interminables burlas hacia Quil por ser el perdedor. Un poco más lejos de nosotros, se encontraban Emily y Rachel, que interrumpieron se charla sobre los ingredientes del pastel para sumarse en aplausos a la gran victoria de la pequeña cumpleañera.

Todo parecía tan irreal para mí.

Tan humanamente agradable. Familiar.

La noche estaba llegando a su fin, dándole el paso a otro día gris, tapando cualquier rastro de las estrellas y la luna.

Emily llamo a Claire para llevarla a casa y así descansar. Y todos fuimos en la misma dirección al escuchar su llamado.

Mientras caminábamos Jacob y yo, se nos sumo Claire, quien nos tomo de la mano a ambos.

-¿Te gusto el regalo?- Jacob sonreía y miraba a Claire.
-Si. Gracias tío Jake.- ella aun sostenía mi mano y la de Jacob. Pero en un segundo, su mirada paso de Jacob a mis llaves. -¡¡Woo!! ¡¡Que bonito!!- dijo sonriendo. Todos miraron en nuestra dirección. -¿Es un caballito de mar?- pregunto emocionada. Pude oír la risa de Emily y Rachel.
-Si. Lo es.- saque mis llaves del bolsillo de tras de mis Jens y se las entregue. -¿Te gustan los caballitos de mar?- ella solo asintió sonriente sin dejar de mirar el llavero.
-A Claire le fascinan todos los animales de que viven en el mar.- contesto Jake mientras despeinaba a Claire. -¿No es así Claire?- ella solo asintió de nuevo mientras acomodaba su largo pelo negro.
-¡Ohh!- sonreí. –En ese caso.- me detuve y extendí mi mano hacia Claire. -¿me permites un minuto mis llaves?- ella me miro y me las entrego. –Mi madre me lo regalo cuando tenia tu edad.- sonreí mientras quitaba y separaba las llaves del llavero. –Me dijo que era para la buena suerte.- coloque el llavero en unas de mis manos y la extendí hacia ella. –Es tuyo ahora.- la mire fijo. Claire miro a Jake dudosa y, luego de un pequeño asentimiento de aprobación por parte de el, lo tomo en sus manos.
-¡¡Gracias!!- sonrió y me abrazo feliz por su nuevo regalo.
-¡De nada!- reí ante la sorpresa de su abrazo. Y luego solo salio corriendo hacia Quil para mostrarle su nueva adquisición.
-Y decías no tener un regalo para ella.- susurro Jake para mí. -¿En serio fue un regalo de tu madre?- me miro fijo, algo serio mientras seguíamos caminando.
-Si.- sonreí y mire hacia el frente, mirando lo feliz que Claire estaba. –Lo recordé hoy.- lo mire de reojo. –Tu padre me contaba la misma historia y otras tantas, cuando iba de visita con mi padre.- baje la mirada. –La ultima vez que me la contó fue el día de mi cumpleaños, ella me regalo el llavero y mi padre esto.- le mostré el dije con el pequeño lobo. El no dijo nada, solo lo miro y su expresión cambio de sonriente a serio en un segundo. -¿estas bien, Jake?- lo mire preocupada.
-Si, si. Es solo que…- miro al lobo y luego a mí. –Me preguntaba si ya recuerdas el nombre de tu padre.- seguíamos caminando pero esta vez algo mas lento.
-No. La verdad que no.- sonreí algo nerviosa. –Los recuerdos de antes del accidente están, pero…- trague saliva. –son fugases. Pasan por mi mente muy rápidos, tanto que solo me quedan rostros y algunas palabras, pero no los nombres.- lo mire. –Ni siquiera en de mi madre.
-Lo siento.- me miro apenado y se detuvo. –No quise…- lo interrumpí.
-Esta todo bien.- sonreí. –Se que en algún momento los recordare, como paso recién.- reí un poco. –No tienes por que disculparte Jake.- seguía caminando de espaldas, mirándolo a el. –Estaré bien.- le hice señas con mi cabeza para que siguiera caminando mientras me giraba. El me alcanzo justo en el momento que llegábamos a casa de Emily.

Sue y Billy esperaban en el porche, mientras Claire corría hacia ellos para mostrarle el llavero.

De adentro de la casa salieron 2 chicos, y por atrás de ellos salio corriendo y ladrando mi perro.

Me arrodille ante el para acariciarlo y dejar que lamiera mi cara como saludo. En ese preciso momento, uno de los chicos que salio de la casa, se acerco a mí.

-¿Así que tu eres la que le puso mi nombre al perro?- se cruzo de brazos mirándome serio.

Al igual que cuando conocí a Embry y a Jared, el también solo vestía un short hasta la rodilla y estaba descalzo. Su aspecto físico me asombro tanto como cuando vi por primera vez a Jacob, pero no tenia comparación alguna. Salvo el mismo tatuaje.

-Tienes suerte que el perro lleve tu nombre y no que haya terminado en el suelo como Jared.- interrumpió Embry.
-Jaja…muy gracioso.- se acerco Jared. –Solo me tomo por sorpresa.- Paul y Embry se miraron y volvieron a reírse. A ellos se les sumaron los 2 chicos que estaban en la fogata, y Jacob.
-Row, ellos son Collin y Brady.- los presento Jake.
-Hola.- extendí mi mano saludándolos uno por uno. Sus aspectos resaltaban de los otros. De seguro era así por ser tan jóvenes, casi unos niños. Ellos también llevaban el mismo tatuaje que Paul, Embry, Jared y Jake.
-Debes enseñarme el movimiento.- Quil se acerco también a la hilera que formaron. “Otro mas con el mismo tatuaje”, pensé internamente.
-Solo reaccione por instinto.- los mire y sonreí.
-Si. Bueno… instinto o no, fue asombroso ver ese movimiento.- Embry los miro a todos y rió.
-Si no fuera por el hecho que eres mujer, te hubiera partido la cara a golpes.- Jared se cruzaba de brazos mirándome fijo y serio. Estaba molesto.
-¿Se supone que debo tenete miedo?- lo mire fijo. Todos miraron sorprendidos por mi respuesta.
-Tiene carácter.- sonrió Quil.
-Me gusta.- Paul bajo sus brazos y me miro.
-No solo tiene carácter sino que también tiene una maquina como auto.- Embry se coloco a mi lado izquierdo sonriendo.
-¿En serio?- Collin y Brady canturriaron al mismo tiempo.
-Si.- reí un poco. –Una reliquia mas que maquina.- mire a Jake.
-Un Munsgtan del 69.- sonrió Jake.
-¡Qué?!- todos abrieron sus ojos sorprendidos.
-No es un gran auto.- susurro bajo Jared, quien aun me miraba fijo y molesto. Los demás no le hicieron caso alguno.
-Esperen, esperen.- Embry los calmo haciendo que prestaran atención.- Aun falta lo mejor.- me miro sonriendo. –Es mecánica al igual que nuestro hermano Jake.- paso su brazo por detrás de mí y coloco su mano en el hombro de Jake. El solo rió.
-¡Vaya, vaya!- Paul y Quil sonreían mirando fijo a Jake, mientras que Collin y Brady se miraban uno al otro aun sorprendidos.
-Creo que Leah tiene algo de competencia.- me miro y sonrió Quil.
-¿Leah?- mire a Jake.
-Leah es la hija mayor de Sue.- mi miro sonriendo. –La conocerás luego, a ella y a su hermano Seth.- sonrió. Yo solo asentí mientras lo miraba.
-¡Ya! Dejen de molestar a Row.- Emily se acerco hacia nosotros y de su mano estaba el otro chico que vi salir junto con Paul. –No la aturdan tanto.- rió Emily colocando su mano en mi hombro.
-Jacob.- extendió su mano hacia Jake mientras sonreía. –Es bueno tenerte en casa de nuevo.- Jake tomo su mano y lo saludo.

Algo en el llamo mi atención. Algo familiar.

Su aspecto físico hacia entrever que era mayor que los otros chicos. Y, al igual que Paul, solo vestía con unos short y estaba descalzo.

Solo vasto un asentimiento hacia Paul, para que el y el resto se fueran.

-Row, quiero presentarte a Sam Uley.- lo mire fijamente. –Sam, ella es Row Mcfilson.- el extendió su mano hacia mi.
-Es un placer conocerte.- sonrió amistosamente.
-El placer es mío.- tome su mano mientras lo miraba fijamente.

Cuando nuestras manos se juntaron miles de imágenes golpearon con fuerza en mi cabeza, haciendo que cerrara mis ojos con fuerza y me mareara.

-¿Estas bien?- oí a Sam preguntarme.
-Si.- susurre y me tambalee.
-¡¡Row!!- Jacob me sostuvo.

La imagen de mi padre y la carta que llevaba el nombre de Sam Uley, se repetían una y mil veces en mi mente.

¿Qué tenia que ver mi padre con el? ¿Quién era el? ¿Por qué el nombre de Joshua Uley sonaba en mi mente? ¿Era ese el nombre de mi padre?

Mi mente y mi cuerpo estaban tan cansados que se rindieron, haciendo que me desmayara en los brazos de Jacob.

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