jueves, 25 de agosto de 2011

Capitulo 15: Si buscas la verdad, la encontraras.


Baje del árbol tiempo después que vi a Jacob desaparecer. Y me quede mirando en esa dirección.

Aun sentía las lágrimas en mi mejilla. Levante lentamente mi mano y las seque, sin quitar mí la vista del camino recorrido por Jacob.

Mi shock iba desapareciendo y mi mente, llena de preguntas, volvió a la realidad. Realidad que dolía.

Mire hacia atrás, por donde Carlisle se dirigió. Su olor aun estaba en el aire, junto con el de Jacob.

Era como si ambos olores me indicaran dos caminos distintos. Dos caminos que marcarían mi destino de por vida y de los cuales tenia que elegir uno. ¿Pero cual elegir?

Me rehusaba a tener que elegir uno de los dos. Me rehusaba a tener que elegir entre mi vida y la de Fred, entre mi secreto y el destino de Fred.

Tenía que haber un tercer camino, una tercera opción. Algo que me ayudara a mantener mi secreto y mantener a Fred vivo y a salvo. Un tercer camino que no me diera a elegir entre la vida y la muerte. Porque era eso, vida o muerte, y yo no era quien para hacer esa elección.

Cerré mis ojos en un intento de callar todas las preguntas que aun estaban en mi mente y las que esta seguía generando ante la situación. Solo quería concentrarme y tomar la decisión de cual camino seguir.

Si seguía a Jacob, era probable que no llegara ni a la mitad del camino y tendría que enfrentarme con Sam Y Paul. Aun no sabia de lo que era capas con mi naturaleza vampirica, no sabia con cuanta fuerza contaba ni si poseía algún don que me ayudara con la pelea. Pero mas que nada, no sabía si Jacob podía o no convertirse en un enorme lobo al igual que sus amigos. Eso solo lo haría mas doloroso y duro para mi, porque no quería tener que enfrentarme con el.

Si seguía a Carlisle, tomaría mis cosas y me marcharía para siempre, olvidándome de todo y de todos. Incluso de Billy y Jacob, incluso de Fred. Seria huir de lo que era y estar sola el resto de la eternidad.

Inspire profundamente, aspirando el olor dulzón de Carlisle y me moví rápido en la dirección por la que se marcho.

Mi tercer camino, mi tercera opción, surgió de un recuerdo. Fred había intentado sacarme a las fuerzas de Forks y lo puse en peligro al quedarme. Pero esta vez seria yo quien se jugara la vida por el, evitando una posible matanza, de la cual perdería por partida doble.

Si Fred moría no me lo perdonaría nunca, pero si Jacob moría…

Se me hizo un nudo en la garganta al pensar en esa posibilidad, haciendo que me detuviera y volviera a sentir las lagrimas en mi mejilla. ¿Qué era lo que me estaba pasando con el? ¿Por qué de pronto sentía ese dolor por verlo sufrir? ¿Por qué me afectaba tanto la posibilidad de su muerte?

Apreté mis puños con fuerza mientras observaba el camino. No estaba muy lejos de la casa de Billy.

El cielo, cubierto por las nubes, comenzaba a oscurecer dando indicio de que la noche se estaba por hacer presente.

No tenía mucho tiempo. Debía llegar a casa de Billy, solo el podía ayudarme a detener esto. ¿Pero como? ¿Qué podía hacer el ante mi revelación? ¿Cómo lo tomaría? ¿Qué diría? ¿Qué haría? ¿Seria el también un protector del secreto del doctor Cullen? ¿Estaría el también bajos sus ordenes? ¿Qué pasaría conmigo y una vez revelado mi secreto si así fuera?

Mi mente seguía hostigándome con preguntas ante mi decisión de dar a conocer ante Billy lo que era. De contarle el secreto que había callado por bastante tiempo.

Mis pensamientos no pudieron evitar girar en torno a las preguntas de ¿Cómo lo tomaría el? ¿Y si podría el ayudarme a detener la caza y muerte de Fred?

Me encontraba solo a 5 metros del sendero que me llevaba hacia la casa de Billy. Observe atenta todo a mí alrededor, olfateando cada olor que me advirtiera la posible presencia de Paul o de algunos de los chicos. Pero al acercarme hacia la salida del bosque, vi un Mercedes S55 AMG color negro y con vidrios polarizados, estacionado en frente de la casa.

Necesitaba a Billy a solas, pero su visita lo complico todo. Así que me quede afuera, atenta ante lo que sucedía dentro de la casa…

-Todo esta listo.- reconocí esa voz en el acto. Era la voz de Carlisle. Había venido a protegerme, tal cual se lo pidió Jacob. –Edward, Alice y Bella ya están con Sam y Jake.
-¿Y el resto de los chicos?- la voz de Billy estaba llena de preocupación.
-Todos cumpliendo las órdenes de Sam y Jake.- Carlisle era digno de admiración. Era increíble que ante tanto peligro que lo rodeaba, el mantuviera la tranquilidad.
-Solo tengo dos preguntas en mi mente ahora ¿Quién es? ¿Y que quiere con Row?- Billy estaba empezando a híper ventilarse a causa del enojo que poseía y por lo que esta situación generaba. Podía oír los latidos de su corazón aumentar el ritmo. Si seguía así podía sufrir de un ataque cardiaco en cualquier momento.
-Todo saldrá bien, Billy.- aun seguía tranquilo. –No dejaremos que se le acerque a ella. Haremos todo lo posible por evitar que esto se convierta en una batalla. Es por eso que necesitamos a Bella y a Edward. Solo ellos pueden ayudarnos a saber que es lo que quiere.
-¿Tan peligroso es?- Billy hablo con mas calma.
-Físicamente no lo sabemos. Es su don lo que nos preocupa. Es lo que te explique ¿recuerdas?- ambos se quedaron en silencio por un buen tiempo.

No pude evitar sonreír ante lo que Carlisle le había dicho a Billy.

No querían matar a Fred. Solo querían saber que es lo que el quería conmigo.

Mi plan podía funcionar. Si le contaba a Billy lo que era, podía llegar a salvar a Fred.

Una parte de mi estaba tranquila, pero la otra, se quedo clavada en la reacción de Jacob ante lo sucedido. Estaba furioso por eso y, su reacción, fue lo que me hizo dudar.

Debía buscar a Fred antes que Jacob lo encontrara. No quería ni imaginar lo que pasaría si ambos se enfrentaban.

“Si la furia de ambos los domina, podían llegar a matarse uno al otro”, pensé.

Mi piel se erizó ante aquella imagen de horros que mi mente creo a partir de aquel pensamiento.

-Ten.- dentro, la charla aun seguía mientras fulminaba al suelo con mi mirada en un intento de controlar mi mente y mi imaginación. –Es el resultado del ADN.- levante mi mirada, directo a la casa, al oír eso.

Un ADN.

Ese era el motivo por el cual me había llevado ante Carlisle. ¿Pero para que? ¿Qué quería confirmar con un ADN?

-¿Esta confirmado?- oí el quebrajar de un papel.
-Un 98,9% es positivo.- la voz de Carlisle sonaba con un toque de alegría y emoción, pero ¿Por qué? ¿Qué podía ser positivo? ¿Qué podía poner de ese humor a Carlisle? -¿Se lo has dicho?
-Estaba esperando…- hizo una pausa. Imagine que se debía a que estaba leyendo el papel que debía sostener en su mano.

Esa pausa que hizo Billy, ese silencio repentino, solo hizo que mis ganas por saber crecieran hasta el punto de convertirse en desesperación.

-Estabas esperando el resultado ¿no es así?
-Aja…- fue todo lo que dijo Billy. ¿Qué podía decir ese resultado positivo? ¿Qué confirmaba? Mi corazón y mi respiración se aceleraron.
-¿El lo sabe?
-No. Solo Sue Clearwater y yo. Y tú, claro.- Mi desesperación crecía cada vez más.
-Debes decírselo, Billy. Row necesita saber la verdad.- la voz de Carlisle denotaba seriedad, ya no había rastros de alegría en ella. ¿Qué era lo que me ocultaban? ¿Qué tenia que ver Sue en todo esto? ¿Y quien era “el”?
-¿Cómo decirles? ¿Cómo decírselo a Sam y a Row?- ¿Sam? ¿Qué tenia que ver San conmigo? –Necesito más tiempo. Ella aun esta débil.
-No hay tiempo, Billy.- ahora su voz era mas dura. –Debes decirle a Row que Sam es su hermano.

Sentí que el suelo se movía a mis pies, haciendo que me tambaleara. Tuve que sujetarme de un árbol para no caer ante aquella revelación.

No podía creer lo que estaba escuchando.

¿Sam? ¿Sam Uley mi hermano?

Un fuerte dolor en mi cabeza hizo que escondiera mi rostro en el tronco del árbol, al cual usaba de sostén.

El recuerdo del Sam sonriente y del Sam convertirse en un enorme lobo, se mezclaban con el recuerdo de mi ultimo cumpleaños como humana, golpeando con fuerza en mi mente, haciendo que doliera.

El rostro de un hombre se mezclaba con el rostro de Sam. Y en mis oídos resonaba la voz de mi madre, nombrando a ese hombre.

-Ella también es una Uley, Joshua.
-Y siempre lo será. Ella siempre será mi hija.

Mis lágrimas corrían por mis mejillas ante aquel recuerdo.

Parecía como si lo estuviera viviendo de nuevo.

Podía oler el cebo de las velitas, el pastel de cerezas, el perfume de jazmines de mi madre; podía sentir cada beso que mi madre me daba y cada abrazo de mi padre; hasta pude ver sus sonrisas y oír sus risas.

Todo parecía tan real. Y doloroso.

El recordarlos a ambos juntos, sonriendo y felices, solo causaba dolor en mi.

Todo este tiempo tuve a mi hermano cerca, sin saberlo.

Todo este tiempo Billy me lo había ocultado. ¿Pero porque? ¿Por qué callarse algo tan importante?

Escuche abrirse la puerta principal y el crujir de las maderas del porche. Me oculte detrás del árbol para que no me vieran y vi salir a Carlisle acompañado por Billy.

El dolo por enterarme de la verdad y por el recuerdo de mis padres, hizo que me perdiera el resto de la charla que mantuvieron Carlisle y Billy.

-¿Sabes donde puedo encontrarla?- no solo su voz era de tono tranquilizador, también su rostro lo era. En el no había ni un gesto que indicara preocupación o enojo. No había nada.
-En la playa.- Billy si demostraba preocupación. –Es su lugar favorito.
-La buscaré y la traeré.- Carlisle miraba fijo a Billy. –Debe permanecer aquí hasta que todo acabe.- Billy asintió una sola vez.
-Esta bien.- suspiro. –Buscare la forma de entretenerla aquí.
-Bien.- una sonrisa se dibujo en el rostro del doctor Cullen. –Regresare con ella en 20 minutos.- se giro y camino hasta su auto, se subió en el, arranco y salio a toda velocidad hacia la carretera, en dirección a la playa.

Solo contaba con 20 minutos para irme de allí. 20 minutos para buscar a Fred y evitar que se enfrentara con Sam. 20 minutos serian suficiente para mí.

Fije mi mirada en Billy, sintiendo el dolo ante aquella verdad que había decidido callarse, mientras me preguntaba el por que.

Tenia que evitar que Fred y Sam se enfrentaran.

Esto ya no se trataba solo de la vida de Fred ni de mi secreto. Esto se trataba de evitar que Sam saliera lastimado.

Apreté mis puños aun con mi mirada fija en Billy y, sin mas tiempo que perder, me gire y comencé a correr por el bosque hacia la dirección donde se encontraba Jacob.

Todo a mí alrededor se volvía borroso ante la velocidad a la que corría.

No podía evitar pensar en Sam. Y en el hecho de lo que significaba que el fuera mi hermano.

Según Billy el no lo sabia y esto me llevo a preguntarme ¿Cómo lo tomaría el? ¿Me aceptaría? ¿O me rechazaría?

Aumente mas mi velocidad, y al hacerlo, percibí el olor de Jacob y el de Sam. Debía encontrarme cerca del punto de reunión, donde encontraron el cadáver.

Decidí detenerme para registrar la zona y de que nadie me siguiera.

El cadáver ya no estaba allí, pero aun permanecía el olor a sangre. Esta hizo arder una vez más mi garganta y para evitar que me controlara la sed, volví a correr, utilizando como guía el aroma de Jacob.

Fue tan fuerte lo que golpeo mi sed en mi garganta, que anulo cualquier sentimiento y pensamiento, convirtiendo el aroma de mi guía en el aroma de mi presa.

Ya no estaba siguiendo a Jacob, ahora lo estaba cazando.

A unos 100 metros del punto de reunión, cruzando el río, alguien me empujo, llevándome consigo hacia la cima de un árbol.

El golpe fue tan fuerte, que si bien no causo dolor en mi cuerpo, hizo que volviera en mí, bloqueando mi instinto asesino.

Al momento que volví en mi, pude ver y sentir que un brazo fuerte rodeaba mi pecho y mis brazos en una forma de bloqueo, evitando cualquier posible movimiento de mi parte, mientras una mano helada cubría mi boca.

-¡Shhh!- susurro a mi oído. Respire agitada ante mi desesperación de no poder zafarme de eso abrazo y me moví un poco, ladeando mi cabeza, llevándome una gran sorpresa.

“¡¡Fred!!” quise decir, pero su mano aun estaba en mi boca, lo que hizo que mis palabras se transformaran en un quejido.

El me miro y sonrió de lado, señalando su boca para que hiciera silencio. Miro hacia abajo y me señalo a los 2 lobos que olfateaban y rastrillaban la zona mientras el quitaba su mano.

Solo reconocí a uno de ellos, de pelaje color gris, pero ¿Quién era? ¿Embry o Jared? ¿O podría ser Jacob?

Un aullido a lo lejos hizo que ambos levantaran sus cabezas y salieran corriendo en la dirección de la que provenía.

Fred y yo bajamos minutos después de que los lobos desaparecieran. Su brazo aun me impedía moverme. Ambos estábamos en alerta y mirando en la dirección por donde se fueron los lobos.

Pude sentir su brazo aflojarse un poco y no pude evitar darme vuelta y abrazarlo.

-¡Woouu...!- rio sorprendido. –Veo que me extrañaste.- lo solté y lo mire seria por un buen tiempo. -¿Qué sucede?- golpeé su pecho con mi puño cerrado. El solo se rió y fingió dolor con un quejido.
-¡Debiste irte de aquí! ¿Sabes lo preocupada que me has tenido?- mi alegría por verlo sano y a salvo frente a mi, era mas fuerte que cualquier enojo que podía sentir. -¡¡Tienes que dejarme aquí e irte ahora, Fred!!
-No, eso nunca.- me quede callada al verlo serio. –Me jure a mi mismo, en el momento que ese imbesil te convirtió, de que nunca te dejaría sola. De que siempre te cuidaría.- me miraba directo a los ojos. –No voy a dejarte, Row. Aunque mi vida este en juego, no voy a dejarte.- pude ver en sus ojos que aun estaba sediento pero también vi que decía la verdad, que me estaba siendo sincero. Y no pude resistirlo. Volví a abrazarlo, ocultando mi rostro en su pecho.
-Eres un tonto.- susurre. El respondió a mi abrazo tiernamente y rió.
-Si me voy será contigo.- murmuro.
-Entonces, vámonos.- lo mire mientras me apartaba de el. –Me iré contigo ahora mismo.- fingí una sonrisa.
-¿Y que paso con la idea de buscar a tu hermano?- me miro fijo. Sentí en ese momento un dolor extraño en mi pecho y me gire para que no viera ese dolor reflejado en mi rostro. –Creí que el era importante para ti.- podía sentir su mirada en mi.
-¿Recuerdas aquel día en que nos encontramos con unos lobos en aquel prado?- apreté mi puño al recordar ese día.
-Si.- oí como se acercaba un paso hacia mí.
-¿Recuerdas al lobo negro que guiaba a la manada?- me gire para ver su rostro.
-¿Qué sucede con el?- en su rostro se reflejaba la intriga y la seriedad.
-Pues…- hice una pausa y baje mi mirada, cerrando los ojos y apretando con más fuerza mis puños. -…el es mi hermano.- murmure sin mirarlo.
-¡¿Qué?!- su voz se lleno de sorpresa y enojo.
-Su nombre es Sam Uley. Es una especie de líder de una manada de lobos.- lo mire seria.
-¿Cómo sabes que el es tu hermano?
-Escuche a Carlisle decírselo a Billy.- lo mire fijo. –Un ADN lo confirma. Sam es mi hermano.
-¿Un ADN?- apretaba sus puños con algo de fuerza.
-Si.- trague saliva. –Billy me llevo con Carlisle para hacerme, supuestamente, un chequeo por lo del accidente, pero en vez de eso hizo un ADN.
-¿Carlisle?- se acerco un paso más, pero esta vez algo sorprendido.
-Te conté sobre el antes de toparnos con los lobos ¿recuerdas?- esperaba su reacción. –El pertenece al clan de ojos amarillos.- y en cuanto lo dije, apareció el mismo Fred sobre protector de aquel día.
-¡Te dije que te mantuvieras alejada de ellos!- su furia estaba tanto en su voz como en su rostro. -¡Son peligrosos, Row!
-¡Tenia que saber que era lo que el y Billy me ocultaban! ¡Tenia que saber que planeaban hacer contigo!- mi voz se elevo un poco.
-¿Y para eso te tenias que poner en peligro?- su voz también se elevo un poco.
-¡¡Necesitaba saber la verdad!!- mi furia me iba controlando. –¡¡Necesitaba saber que era lo que tanto ocultaban!!
-¡Y a ver ¿Qué descubrió la señorita Sherlock Holmes?!- su sarcasmo solo me enfurecía mas.
-¡¡¡Que mi hermano y su manada de lobos son aliados del Clan de ojos amarillos De los Cullen!!!- vi en su rostro otra vez aparecer la sorpresa.
-¡Una razón más para irnos de aquí!- se acerco otro paso y, esta vez, controlo su enojo, calmándose un poco. -¿Es que no lo ves?- su voz ahora era suave y tranquila. –Nos están dando a caza a ambos. Y si tu hermano es aliado de los Cullen, podrían ordenarle matarnos a ambos. Es peligro permanecer aquí.- estaba tratando con desesperación convencerme, pero nunca iba a logarlo porque yo sabia cual era la realidad del asunto.
-Tienes razón.- mentí. –Debemos marcharnos de aquí. Pero antes…- suspire y trague saliva. –déjame ir por mis cosas.
-Te acompañare.- me interrumpió.
-¡No!- lo mire fijo a los ojos. –Si lo haces solo complicaras nuestra huida. Iré sola. Tu solo dime donde buscarte y lo hare.- Fred negaba con su cabeza mientras hablaba. –Estaré bien.- logre convencerlo de que desistiera de la idea de seguirme a la casa de Billy.

Me miro fijo por unos minutos y en silencio.

-Vancouver.- murmuro y suspiro pesadamente. –Tú sabes en que parte.
-Esta bien.- sonreí de lado.
-Tienes solo 2 días, Row.- aun estaba serio. –Si no vas en 2 días, vendré a buscarte.
-Estaré allí en 2 días.- me moví un poco dándole la espalda. –Y Fred…- lo mire por sobre mi hombro derecho. –Mantente a salvo hasta entonces ¿si?- el solo sonrió de lado y desapareció por el bosque.

Tenia suerte de que Fred no poseía el don de leer la mente, o habría descubierto mi plan y que le había mentido.

No iba a ir a la casa de Billy por mis cosas. Aun me dolía que el haya tomado la decisión de callarse algo tan importante para mi. Algo tan serio y que tenia que ver con el único familiar que poseía con vida.

No, no podía verlo después de eso. Necesitaba tiempo. Solo así seria capaz de controlar mi enojo hacia el.

Los 20 minutos ya había trascurrido. Y a estas alturas Carlisle ya le habría informado a Jacob y a Sam sobre mi desaparición repentina.

Necesitaba llegar hasta Rachel y despedirme de ella, asegurarle que estaría bien. Y necesitaba hacerlo ahora, antes de que San, Jacob, Carlisle y el resto se pusieran a buscarme.

Comencé a correr en dirección a la casa de Emily, que es donde podría llegar a encontrar a Rachel. Y mientras lo hacia a una gran velocidad, mi cuerpo comenzó a experimentar cierta agitación y temblor en mis manos. Asocie esto a mi nerviosismo de ser descubierta por Fred o por cualquier otro, por lo que no le di mucha importancia y seguí corriendo.

Habiendo recorrido unos buenos 200 km, me detuve para verificar que estaba yendo en la dirección correcta y mientras observaba el lugar, pude oír una pisadas que provenían de mi lado izquierdo, a mis espaldas.

Podía oír el bombear de la sangre y el fuerte latir de un corazón, acompañando a estos sonidos un gruñido bajo que erizaba mi piel.

No hacia falta que me girara para saber de que se trataba de uno de los lobos. ¿Pero de quien?

Me quede inmóvil, hasta que percibí un olor dulzón.

-Vaya, vaya, vaya.- una voz masculina salio por mi lado izquierdo. Su olor lo delataba. Se trataba de un vampiro. –Veo que por fin hemos atrapado a nuestro visitante misterioso.
-Esperaba mas.- otra voz masculina se hizo presente. “Otro vampiro”, pensé para mi. –Se dio por vencido muy fácilmente.

Mi cuerpo comenzó a temblar más fuerte y comencé a sentir un calor que recorría cada extremidad.

Me concentre en los 2 vampiros y los observe detalladamente de reojo. Corría con suerte al darme cuenta que no podían ver mi rostro, ni identificarme a la perfección. Ellos creían que era Fred. Sonreí ante este hecho.

Ambos se movieron rápidamente y se colocaron delante mío, mientras me observaban detenidamente.

-¿Quién eres?- pregunto serio el vampiro de la izquierda. Su aspecto no resaltaba tanto como el de su compañero. Pero aun así, su apariencia era de admiración. Era musculoso pero curvado, de pelo rubio y ojos color amarillos.

Me quede en silencio, apretando mis puños con fuerza en un intento de controlar el temblar de mis manos y brazos. Pero algo más paso en ese momento.

Podía sentir una especie de tranquilidad y que provenía del vampiro rubio. ¿Estaba tratando de controlarme?

-Creo que no hablara.- miro a su compañero serio. Los gruñidos del lobo a mis espaldas crecían.

Aproveche su descuido para intentar huir, pero no lo logre.

El lobo a mis espaldas bloqueo mi línea de escape y me gruño. Me gire de nuevo al oír la risa del vampiro fortachón.

-Creo que nos teme, Emmett.- sonreía de lado. Ambos lo hacían.
-Es bueno saberlo.- su mirada era desafiante, podía ver en ella que quería ponerme a prueba, ver de lo que era capas.
-Leah, vete. Nos haremos cargo.- mire sobre mi hombro hacia el lobo. ¿Era Leah? ¿Leah Clearwater? ¿Ella también pertenecía a la manada de Sam?

Sentí un fuerte dolor en todo mi cuerpo e hizo que cayera de rodillas.

Mi cuerpo volvió a convulsionar de forma violenta.

-¡¡¡Aaaahhhhh!!!- grite mientras cubría mi cuerpo con mis brazos, retorciéndome en el suelo. -¡¡ ¿Qué me estas haciendo?!!- fulmine con la mirada al vampiro rubio, quien estaba perplejo ante lo que veía, al igual que su compañero.
-¿Jasper?- el fortachón miro a su compañero y volvió su mirada hacia mí.
-No soy yo.

Seguía retorciéndome en el suelo a causa del dolor. Mi respiración y los latidos de mi corazón aumentaron el ritmo.

Todo mi cuerpo convulsionaba.

-¡¡Vete de aquí!!- grito el fortachón hacia Leah. Esta le gruño y clavo su mirada en mí. Y aprovecho el momento de mi debilidad para atacar.

Oí un zumbido, como si el viento corriera. Pero no era el viento. Era el vampiro rubio que se atravesó en el camino de Leah, bloqueando cualquier tipo de ataque hacia mí.

-¡No!- fulmino con la mirada a Leah y siseo bajo. –Nosotros nos haremos cargo.- Leah volvió a gruñirle. –Emmett.- el fortachón se acerco a mi, tomo mi brazo derecho y lo coloco alrededor de sus hombros, sujeto mi cintura sin mucho esfuerzo y me puso de pie. –Llévatelo de aquí.- ordeno.

Y así lo hizo.

Nos movimos muy rápido mientras mi cuerpo so paraba de convulsionar. Podía sentir su frío cuerpo junto al mío, podía sentir la fuerza de sus manos y brazos.

Volví a sentir esa sensación de estar volando mientras avanzábamos por el bosque. El viento Golpeaba en mi cuerpo, produciendo mas temblores en el.

-¡¡¡Aaaahhh!!!- volví a gritar y a retorcerme. Esto hizo que el fortachón se detuviera y me soltara, volviendo a caer de rodillas.
-¡Tu cuerpo arde como fuego!- murmuro nervioso mientras me observaba.

Otro grito ahogado escapo de lo más profundo de mi garganta.

Podía sentir ese fuego del que hablaba. Y comenzaba a asfixiarme.

Desprendí mi chaqueta y note que mi visión se nublaba.

Oí al fortachón sisear bajo y supuse que alguien se acercaba.

-Tranquilo.- era su compañero, Jasper.
-¿Qué hacemos con ella?
-¿Ella?- sentí como ambos me miraban.
-¿No lo habías notado?- pregunto divertido el fortachón. Pude ver la figura de Jasper negar en silencio ante lo que le decía su compañero.
-Será mejor que vayas por Carlisle.- Jasper parecía nervioso. –Tratare de clamarla hasta que regresen.
-Ok.- y desapareció.

El dolor y el ardor crecían dentro de mí, junto con las convulsiones, mi respiración y los latidos de mi corazón. Todo esto junto, estaba haciendo que me ahogara. Por lo que tuve que quitarme mi chaqueta.

Mis gritos y quejidos también iban en aumento.

El tiempo parecía detenerse mientras mi cuerpo se iba debilitando cada segundo un poco mas, dándole el control total de mi cuerpo al dolor y al ardor.

¿Qué era lo que me estaba pasando?

-¿Y Carlisle?- pregunto Jasper. Pero no era a mí a quien iba esa pregunta.
-Viene en camino.- el fortachón había regresado solo.
-¿Alice?
-Si.- rió bajo. -¿Qué haremos con ella?
-Esperaremos a Carlisle. El sabrá que hacer con ella.

Pero yo no podía esperar.

Mi espalda se encorvo y lancé un grito desgarrador que se hizo eco en todo el bosque.

Mire mis manos y pude ver con claridad como cada hueso de ellas se movía bajo mi piel.

Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras oía como crujían mis huesos.

-¡No puede ser!- la voz de Jasper se escuchaba lejana y en ella se reflejaba la sorpresa y el horror. Emmett se había quedado en silencio.

Todo era muy doloroso. Mis manos se movían bajo mi piel y sobre de esta podía sentir crecer pelo. Mi ropa se desgarraba y destrozaba.

Volví a gritar, pero esta vez, lo que escuche como eco no fue mi grito, sino un desgarrador aullido.

Sentía como el fuego en mi me quemaba.

Y todo culmino en cuestión de unos minutos.

El dolor hizo su parte y me dejo inconciente en el suelo.


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